La desigualdad en el acceso regional se constituye en una de las más grandes debilidades de la educación superior en el país, en una de las fuentes más importantes de la inequidad nacional y uno de los mayores problemas para el desarrollo nacional. Sin embargo, este largo e histórico centralismo y desigualdad universitaria y social, se ha comenzado a compensar lentamente a través de diversas modalidades de regionalización educativo. No existe un modelo único de regionalización de la educación superior, y en el país, se están desarrollando, como resultado de diversas estrategias sectoriales, actores, situaciones y recursos, un amplio espectro de procesos de regionalización. La autonomía de las instituciones, las limitaciones constitucionales y políticas a la creación de universidades regionales y la ausencia de un Plan de Desarrollo Universitario a escala nacional han dado el marco de la pluralidad de caminos, que en diversa dimensión se constituyen en expresiones de una diversidad en la resolución del problema más grande de la educación a escala nacional. Una de estos caminos se encuentra en el proceso de conformación del Polo de Educación Superior de Rivera, parte de un largo proceso de desarrollos institucionales independientes y que desde 2017 ha avanzado en la búsqueda de articulación y sinergias. En este espacio interinstitucional de educación pública terciaria y de localización espacial conjunta, convergen la UTU, UTEC, la Universidad de la República y el Centro Regional de Formación Docente (CERP) que incluso tiene un hogar para albergar a estudiantes en modalidad de internado, donde se han realizado múltiples inversiones y en este año se ha firmado un convenio con la Intendencia Departamental de Rivera, en el marco de la confluencia de procesos de regionalización institucionales y de articulación y generación de sinergias. En éste se fijan objetivos de infraestructura (construir biblioteca, salón de actos, residencias y centro de convenciones), coparticipar en los servicios de vigilancia y mantenimiento y crea un Comité de Gestión con representantes de los actores
La coordinación de las diversas instituciones pública, se basa en un enfoque interinstitucional centrado en la conformación de un Polo de Enseñanza Superior en una coparticipación que además impulse lógicas interdisciplinarias e intersectoriales que contribuyan a facilitar el acceso y un mejoramiento de la oferta propendiendo a un mejor desarrollo académico y a generar escalas que hagan viable otras ofertas más complejas. Es este un proyecto inédito y singular en el país, no de compartir espacios y recursos, sino de propender a una convergencia interinstitucional en la prestación de los servicios. El objeto final en este escenario, no sólo remite a coordinar y compartir recursos materiales y de funcionamiento, ya que es de por sí importante, sino que deberá alcanzar a infraestructuras y servicios de apoyo, carreras articuladas con certificaciones conjuntas, movilidad interinstitucional de estudiantes y cargos compartidos con tareas comunes. El concepto de Polo de Desarrollo en el ámbito territorial se apoyó en una mirada de eficiencia y eficacia a través de escalas superiores y gobernanzas compartidas, que se constituyó en una teoría del desarrollo regional sustentada por Francois Perroux a fines de los 50. Aunque ella se formuló para sectores industriales, ha ido derivando hacia un enfoque también centrado en el sector de servicios y específicamente universitario, como el factor motorizador del desarrollo regional al viabilizar nuevas ofertas, permitir servicios comunes con mayores niveles de eficiencia y constituirse en un factor atracción de demandas estudiantiles con todos los beneficios económicos de ello, y fundamentalmente facilitar líneas y productos de innovación e investigación. Ya han caducado los viejos enfoques de desarrollo meramente productivos de escalas sin un apoyo en procesos de creación de recursos humanos especializados e investigación articulada a dichas demandas de mercado. En este caso, la localización en la frontera con Livramento y el desarrollo de múltiples acciones de impulso a la articulación académica con Brasil, también se constituyen en componentes de este Polo de Educación Superior, no sólo como factor de atracción nacional sino también internacional. Pero fundamentalmente el Polo, además de atraer estudiantes, debe contribuir a la creación de nuevas carreras articuladas interinstitucionales que permitan crear nuevas ofertas y nuevas vinculaciones a la creación de valor agregado con alto peso tecnológico. Allí están los desafíos finalmente del concepto de Polo de Educación Superior. Ello implicará impulsar la flexibilidad de las instituciones, la articulación de sus estructuras curriculares, el establecimiento de sistemas de créditos, procesos de reconocimiento más fáciles y una mayor gobernanza colectiva con autonomía respecto al tradicional centralismo Montevideano de tipo vareliano, ya hoy perimido. Es este un modelo de articulación más sólido que el concepto de clúster en tanto la localización y el carácter público debería facilitar desarrollos más complejos a futuro.
Este ha sido un proceso largo de desarrollos académicos e institucionales, cuya convergencia y nuevos paradigmas más flexibles deben permitir superar las tradicionales autarquías educativas. Actualmente la matrícula combinada supera los 3000 estudiantes. La UTU cuya génesis viene de la Escuela Agraria Industrial de 1942, que positivamente se ha constituido en un actor muy importante de la oferta terciaria en el país aporta más de 533 estudiantes y 192 docentes y no docentes al Polo. El Centro Regional de Profesores (CERP) del Consejo de Formación en Educación creado en 1996 y que atiende además demandas de formación docente de Artigas, Tacuarembó y Cerro Largo atiende 1200 estudiantes presenciales y 600semipresenciales con más de 125 docentes y no docentes. La Udelar por su parte, con génesis en cursos desde 1958, hoy mediante el CUR Norte articulado con el de Tacuarembó, tiene 610 estudiantes, en tanto que la UTEC a través del Instituto Tecnológico Regional Norte tiene 600 estudiantes con un plantel de 666 docentes y no docentes. Es un punto de llegado y también de partida importante, en el camino de conformar un espacio de educación superior que no se limite a algunas ofertas y a un enfoque meramente docente. Una mirada muy focalizada en lógicas presenciales es también necesario de modificar, concibiendo lógicas en redes tanto nacionales o internacionales en docencia e investigación. La cantidad de campos disciplinarios es enorme y nunca se podrá alcanzar dimensiones significativas de oferta, así como también, la propia movilidad estudiantil de otras regiones tiene sus límites, como incluso los tuvo Montevideo como espacio único de educación superior durante décadas. En este sentido, el Polo de Educación Superior debe ser visto más como un nodo de una red más amplia de instituciones y regiones, y no meramente como un Polo encerrado. Pero sin duda, es un muy buen camino en el proceso de democratización de la educación superior y de superación de las lógicas fragmentadas y casi feudales de nuestra historia universitaria.