Antonio Banderas imponente hasta las lágrimas

Desde la emoción se hace una defensa encendida del teatro: "Si no existiera, habría que inventarlo".

El Umusic Hotel Teatro Albéniz de Madrid, un local histórico de nuevo recuperado para la escena después de 17 años, huele a nuevo y es de lujo.

Llegamos al hall del teatro que explotaba de público esperando para entrar.

La noche del jueves Madrileña prendió sus marquesinas para dar acceso a la magia del teatro.

El remozado escenario cerró en febrero de 2023 la puesta de el musical ‘Company’, que se estrenó el 17 de noviembre del 2022 en Madrid, el «Broadway español», según la expresión Antonio Banderas, director y protagonista del espectáculo.

El desafío no le tomó de sorpresa, la obra llegó a Madrid cuando ya se habían hecho en Málaga 11 funciones. Fiel a su promesa, el actor se presenta sin artificios, trampas ni música grabada,todo en vivo.

Se sabe que poner una producción en vivo es cara, pero el teatro musical o incorpora instrumentistas que actúan en directo o no merece tal nombre.

Pese a que el género vive un «momento excitante y esperanzador» gracias a una buena cosecha de montajes, el reto entraña algún peligro. Y es que el riesgo de que se abarate la calidad está ahí acechando. Está dispuesto a asumir el gasto oneroso que supone programar una obra de estas características, aunque el aplauso siempre es algo incierto e inaprensible. «El éxito es un bicho muy raro y no se sabe por dónde viene», sentencia Banderas en la presentación en Madrid.

Encontrar el éxito en la cara es una empresa tan indescifrable como caprichosa. «A veces me ha pasado que he hecho trabajos con los que pensaba que me iban a crucificar y luego obtuve una ristra de premios y reconocimientos, y al revés», argumenta Banderas, quien hace una defensa encendida del teatro: «Si no existiera, habría que inventarlo».

Banderas se había propuesto no protagonizar musicales fuera de Málaga, pero, como él mismo dice, «las estrategias están para romperlas». Ha deshecho su compromiso porque la ocasión lo merecía. No siempre se vuelve a inaugurar un teatro con hondas raíces en la ciudad de Madrid, un empeño que ha sido posible gracias a la lucha de artistas. «No se abre todos los días un teatro; es un rayo de esperanza, sobre todo teniendo en cuenta que todos los días cierran por desgracia teatros para convertirlos en discotecas o centros comerciales. Aquí en Madrid viví una época histórica, la Movida, y este lugar ha supuesto muchos recuerdos para gente como Pedro Almódovar», dice el actor.

‘Company’ es una obra conceptual, en el sentido de que disloca el tiempo lineal. Tiene música y letra de Stephen Sondheim, autor de clásicos como ‘Into the Woods’, ‘Follies’ o ‘Sweeney Todd’, así como libreto de George Furth. Esta producción cuenta las andanzas de Bobby, quien visita a sus amigos en un viaje hacia atrás, a los años 70, momento en que afronta sus contradicciones, sus miedos, sus amores y desamores.

El director y productor se congratula del buen momento de que goza el musical, lo que se demuestra en el interés y favor del público, y en una espléndida cantera de intérpretes. «Cuando hice pruebas para elegir el reparto de ‘A chorus line’, montaje para el que necesitaban 17 miembros, se presentaron 1.800 bailarines. Hace 25 años eso era impensable».

La obra permaneció en cartel hasta el 14 de febrero pasado. Fuerzas no le faltan a Banderas, ni tampoco disciplina, dice el actor, recuperado del infarto que sufrió hace cinco años. El elenco, formado por 14 actores está integrado por María Adamuz, Albert Bolea, Lorena Calero, Javier Enguix, Laura Enrech, Lydia Fairén, Robert González, Dulcinea Juárez, Silvia Luchetti, Julia Möller, Paco Morales, Marta Ribera, Carlos Seguí, Rai Borrell, Bealia Guerra, Beatriz Mur, Álvaro Puertas y Lourdes Zamalloa. Todos ellos están secundados por una orquesta de 26 músicos.

Al malagueño siempre le ha interesado el género, aunque reconoce que es sacrificado y hay que cuidarse para encarar la temporada. «El único camino es la calidad, como tratemos de hacer ‘bypass’ para aprovecharnos de la situación… mal vamos». No es el musical, dice el actor, un espectáculo de segunda. Mediante las canciones y el baile se puede alcanzar la misma hondura que con un texto de Shakespeare.

Al final de la función a la que concurrimos con una sala colmada nos mostró durante 150 minutos de función a un Antonio Banderas imponente.

Y encontramos hombres y mujeres en Bobby su personaje una parte de cada uno de nosotros.

Risa, baile, canto, lágrimas y drama envuelven una obra magistral, ojalá pudiera desembarcar por nuestro Uruguay.

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