Así surgió la Primera Cooperativa LGBTIQ+ de Uruguay

En 2004, un grupo de activistas por los derechos de la población LGBT decidió crear un grupo para conformar una comunidad donde pudieran acompañarse y estar juntos. Así surgió la idea de crear una cooperativa donde pudieran convivir y defender sus derechos durante el resto de su vida.

Damián Rocha

El proyecto de la cooperativa 28 de Junio, inaugurada el 26 de junio de este año, comenzó a gestarse en el año 2004 como la primera cooperativa LGTBIQ+ de Uruguay.

Damián Rocha se integró a la misma en 2006 gracias a la invitación que recibió de parte de un compañero activista por los derechos de la comunidad LGBT, Juan Manuel Núñez, quien le comentó que el propósito de la misma era pensarla como un lugar donde los integrantes de la comunidad pudieran acompañarse.

“La idea era que uno conociera un poco de las personas con las cuales comparte un edificio y fueran pares. En ese momento éramos activistas y como los integrantes de la cooperativa también eran activistas me uní”, recordó en diálogo con Diario La R.

Rocha, quien en períodos anteriores formó parte de su directiva como tesorero, actualmente integra el Comité de Educación, Fomento e Integración Cooperativa (CEFIC).

¿Cómo surgió el proyecto de la cooperativa?

La cooperativa nace oficialmente en 2004. El 28 de junio de ese año se juntó un grupo de activistas que venían de una actividad por el Día del Orgullo LGBTQ y se plantearon por qué no generar como un lugar donde pudieran estar y conocer al vecino porque todos vivían en edificios diferentes en donde, a veces, no conocían al vecino de al lado. Estaba bueno tener pares que vivieran en el mismo edificio.

En 2004 no teníamos matrimonio igualitario ni muchos de los derechos que hoy en día tenemos. Entonces, uno generaba como una inquietud de saber si un día necesito de un vecino cómo se llama, quién vive al lado, etc. Eso que genera también el movimiento cooperativo.

¿Quiénes la integran?

En sus inicios éramos todos del colectivo: gays, lesbianas y trans. Éramos 10 núcleos que queríamos que este proyecto saliera. De 2004 a 2018 que logramos el préstamo para empezar a construir pasaron 14 años en los cuales mucha gente se quedó en el camino porque su situación cambió o porque pudo lograr tener su casa. En 14 años la gente fue como bajándose del proyecto e integramos nuevas personas.

En un momento se nos fueron cuatro o cinco núcleos, lo que representaba a más de la mitad de la cooperativa. Era una cooperativa que tenía tantos años sin avances en la obra si bien tenía un terreno adjudicado y todo, pero no nos salía el préstamo del entonces Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente.

Entonces, en el trabajo en la Junta Departamental de Montevideo (JDM) en 2016, cuando pretendíamos que ese terreno que era de la Intendencia se nos adjudicara a nosotros, la oposición en ese momento dijo que queríamos hacer un gueto en la Ciudad Vieja. Entonces, nosotros nos auto miramos y decidimos abrirnos.

En ese momento incorporamos mujeres afro descendientes, mujeres con hijos (jefas de familia) y parejas heterosexuales. Después presentamos el pre-proyecto y el proyecto ejecutivo y éste último admitía hasta 13 núcleos familiares. Entonces, nos abrimos un poco más a la comunidad, a la población.

Desde ese momento empezamos a ver cómo cambiar también, pero siempre mantuvimos la estructura y los objetivos de la cooperativa que es tener un lugar de referencia, que la diversidad se respete y poder compartirlo con otras personas que no necesariamente sean del colectivo LGBTQ.

Tenemos algunos núcleos que son heterosexuales, que creo que son como cuatro o cinco, y el resto somos del colectivo.

¿Cómo fue el proceso de obra?

El 8 de mayo de 2018 empezamos la construcción en el terreno situado en la calle Guaraní entre Buenos Aires y Sarandí. Los vecinos estaban deseosos de que comenzáramos la obra porque era un terreno que estaba vacío; cada tanto nos avisaban que alguna gente se metía adentro y esas cosas. Eso generaba una inseguridad al vecindario que no querían. Entonces, cuanto antes nos viniéramos a construir y a vivir mejor para ellos; eso generaba como un acompañamiento al barrio.

Cuando empezamos nos dividimos en comisiones. Estaba la Comisión Directiva, por supuesto, la Comisión de Trabajo, la Comisión de Compras, la Comisión Administrativa y la Comisión de Fomento. Al ser cinco comisiones y 13 núcleos, algunos nos repetíamos en algunas comisiones.

El proceso fue muy lindo y trabajoso, por supuesto. Nos costó, pero logramos obtener el edificio que disfrutamos ya hace un año en tres años y medio. La idea inicial del proyecto era que fuera en 24 meses. Se nos atrasó un poco, pandemia de por medio y esas cosas, pero logramos el edificio.

Recién mencionó la inauguración, ¿cómo se vivió ese momento?

La jornada estuvo muy linda. La inauguramos después de un año de vivir en ella porque los procesos de mudarse a un lugar nuevo, de que por ejemplo teníamos que pintar nosotros mismos antes de entrar, de que tuvimos que esperar algunas habilitaciones, de que faltaban algunas cosas adentro. Si bien la estructura se había terminado, dentro de los apartamentos faltaba como el toque personal de cada uno.

Entre eso y la pandemia que estaba terminándose, recién pudimos hacer la inauguración oficial el 26 de junio de este año, un año después de vivir acá. Hicimos corte de calle con habilitación y ayuda de la Intendencia, vinieron bandas musicales y vinieron otras cooperativas para hacer fondos que vendieron comida y bebida.

Se pasó un domingo lindo. La jornada fue abierta, obviamente, a todos los vecinos de la vuelta para que vinieran a compartir y a conocer que estamos acá, que somos un punto de referencia de diversidad y que estamos abiertos a toda la comunidad.

En el mes de la diversidad, ¿qué mensaje emite la cooperativa a la población?

Es un mes muy importante para todos nosotros, para los que siempre trabajamos en esto. Creo que para toda la sociedad, los que queremos que haya un reconocimiento real de lo diverso de la diversidad de las personas, lo importante es que todas las personas tenemos derecho a vivir en paz nuestra sexualidad como quiéramos.

Aparte, un mensaje importante en este mes también es que la población trans padece muchísimo de muchas cosas y me parece que son justamente la población más vulnerada hoy en día y tenemos que trabajar toda la población, no solamente los LGBTQ+, en ayudar a esta población que siempre ha sido discriminada, expulsada de sus hogares, y necesita de que todos estemos ahí para darle una mano.

+datos:

La cooperativa 28 de Junio pertenece a la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam) desde 2017. Además, forma parte de la red Montevideo Arcoíris, programa que tiene lugares de referencia de la comunidad LGBTQ.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.