El balance de muertos a causa del terremoto registrado la semana pasada en el este de Afganistán ha ascendido a 1.200, según han indicado las autoridades, una cifra entre la que figuran más de 150 niños, tal y como ha señalado Naciones Unidas.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha manifestado que al menos 155 niños han muerto y cerca de 250 han resultado heridos a causa del seísmo, con el 86 por ciento de las víctimas mortales en el distrito de Giyan, en la provincia de Paktika. El organismo ha indicado además que cerca de 1.900 viviendas quedaron destruidas en los distritos de Giyan, Barmal –en Paktika– y Spera, en Jost, mientras que «muchos más» habrían sufrido daños materiales extensos y «están en riesgo de colapso». Asimismo, un total de siete escuelas han sufrido daños materiales, mientras que se han entregado cerca de mil tiendas de campaña a las zonas afectadas para hacer frente a la falta de refugio para los damnificados.
«Siguen existiendo múltiples desafíos logísticos, incluidos unos canales de comunicación limitados como resultado de la caída de las redes de telefonía móvil en Paktika y Jost y la mala condición de las carreteras en el distrito de Spera», ha manifestado. Por su parte, el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, anunció el sábado la entrega de diez millones de dólares (alrededor de 9,5 millones de euros) del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF) «para ayudar con la respuesta inmediata al seísmo». «Cientos de muertos. Muchos más, heridos. Viviendas destruidas. Niños sepultados por los escombros. El terremoto de Afganistán es la última tragedia que recae sobre el país», lamentó Griffiths en un breve mensaje publicado en su cuenta en la red social Twitter.
En este sentido, el ‘número dos’ de la Media Luna Roja Afganistán, el mulá Nurudín Torabi, ha pedido a las organizaciones nacionales e internacionales que distribuyan la ayuda a través de este organismo y ha agregado que 55 equipos han sido enviados a Paktika y Jost para abordar la situación, tal y como ha recogido la agencia afgana de noticias Bakhtar News Agency. El terremoto tuvo su epicentro a unos 44 kilómetros de la ciudad de Jost, mientras que su epicentro ha estado a una profundidad de unos 51 kilómetros, revisada posteriormente a unos diez kilómetros, según los datos publicados en su página web por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).