El Sistema Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia contra la Violencia del Inau y en el marco del Día Internacional de Lucha contra el Maltrato Infantil presentó su informe anual.
El presidente del Inau, Guillermo Fossati remarcó ante estos temas «no vale el compromiso de una sola institución. Este es un tema que involucra a varios organismos del gobierno y obliga a una acción de carácter intersectorial e interinstitucional». En el informe se señala que al igual que años anteriores, 9 de cada 10 agresores son familiares directos o integrantes del núcleo de convivencia de niños, niñas y adolescentes, en un marco dónde se detectaron 8.157 situaciones de violencia. En esta oportunidad el 54% correspondieron a sexo femenino y 46% a masculino. Se mantiene la leve tendencia de mayor porcentaje de femenino, como en años anteriores.
Particularmente en 2023 se registró un aumento del 9%, respecto al año anterior, retomando la tendencia previa a la pandemia.
En cuanto a las franjas etarias, la franja entre 13 a 17 años por primera vez, supera al resto de las franjas etarias. En todos los informes anteriores la franja de 6 a 12 siempre fue en la cual se encontraba la mayor cantidad de registros (salvo año anterior donde ambas franjas llegaron al 36%). Los registros de primera infancia, desde 0 a 5, llegaron al 17%. Al analizar las franjas etarias por sexo, a medida que aumenta la edad aumenta la diferencia entre los sexos. A mayor edad, mayor es el registro de sexo femenino respecto al masculino. Esto se viene presentando desde que iniciamos a analizar estas variables, lo cual confirma que las adolescentes son más vulnerables que los varones en esas edades.
La relación entre los distintos tipos de violencia se mantiene respecto a años anteriores, siendo el maltrato emocional el mayor tipo registrado con el 39% del total. Le sigue abuso sexual con 22%, negligencia con 21%, maltrato físico 16% y explotación sexual con 2%.
En el caso de abuso sexual el 84% de las situaciones registradas se concentran en los tramos de 6 a 17 años, con un aumento significativo en la adolescencia. En tanto, en explotación 8 de cada 10 situaciones se registraron de los 13 años en adelante. Por último, en maltrato emocional, físico y negligencia, se puede apreciar un pico máximo en el tramo de 6 a 12 años.
Agresiones y pornografía
Entre otros datos el informe revela que en Uruguay el 39,1% de los adolescentes han recibido en el último año agresiones de carácter discriminatorio (por características étnicas, género, orientación sexual, discapacidad, obesidad, etc.) a través de cualquier medio digital y una de cada cinco declaran haber recibido agresiones que perduraron en el tiempo al menos dos meses (ciber acoso). Por otra parte el 69.4% de los y las adolescentes vio pornografía, de estos el 21 % lo hicieron por primera vez entre los 6 y los 11 años. La edad promedio de inicio de consumo de pornografía es de 12.7 años. Esto se denomina «exposición involuntaria a material sexual o violento» y se trata del acceso a material de escenas sexuales o violentas de forma accidental cuando los niños, niñas y adolescentes utilizan internet, navegan, realizan búsquedas, etc. Otra posibilidad es que el contenido sea enviado por otra persona (desconocida, familiar, amigo o amiga, etc.). En este caso, la forma de exposición se denomina exhibicionismo.
Albergues para agredidos
En el informe se señala que existen un total de 12 albergues específicos para abordar el maltrato hacia niñas, niños y adolescentes, esto junto a sus amdres. Cuando se recurre a estos albergues es debido a que las situaciones de violencia son extremas, crónicas y/o con posibilidad de peligro de vida para las mujeres madres y sus hijos e hijas.
Inau cuenta con 6 albergues de tiempo completo para mujeres víctimas de violencia de género con hijos e hijas. Durante todo el año pasado un total de 270 niños, niñas y adolescentes fueron atendidos en estos dispositivos de protección. En tanto, Inmujeres-Mides cuenta con 6 hogares con las mismas características y durante todo el año 2023 brindó cobertura a 301 niños, niñas y adolescentes hijos e hijas de mujeres víctimas de violencia basada en género. Entre ambas instituciones se atendieron a 571 niñas, niños y adolescentes y sus madres.
