La historia de Camerata es mucho más que la de una agrupación musical: es una radiografía del Uruguay político y cultural de los últimos cincuenta años. Nacida en tiempos de efervescencia social, Camerata fue el reflejo de una generación que soñó con transformar el mundo desde el arte, entre partituras, guitarras y violines, pero también desde la convicción de que la música podía ser una forma de lucha, un lenguaje de identidad y resistencia.
Formada por músicos de talento excepcional, su propuesta rompía moldes. Fusionaban la música de cámara con ritmos populares latinoamericanos —milongas, candombes, zambas y chacareras— en una búsqueda estética que tendía puentes entre lo académico y lo popular, entre el refinamiento sonoro y el pulso del pueblo. Pero su mayor distintivo no estaba solo en lo artístico, sino en el compromiso político y ético que asumieron como colectivo.
En los años previos al golpe de Estado de 1973, Camerata se convirtió en parte de una corriente cultural que respiraba esperanza y militancia. Sin embargo, con la llegada de la dictadura cívico-militar, la represión alcanzó también a los artistas. Varios de sus integrantes fueron detenidos, encarcelados y torturados, acusados de subversión por el simple hecho de pensar y crear libremente. Su música, como tantas otras expresiones del arte uruguayo de la época, fue silenciada dentro del país, pero comenzó a sonar con fuerza en el exilio.
En ciudades como Buenos Aires, París o La Habana, Camerata continuó su camino. Sus conciertos se convirtieron en espacios de encuentro para la diáspora uruguaya y latinoamericana, donde el arte se entrelazaba con la memoria y la denuncia. Cada presentación era un acto de resistencia, un recordatorio de que la cultura también puede desafiar al poder.

Con el retorno de la democracia, Camerata volvió al Uruguay, cargada de historia y cicatrices, pero también de un legado artístico invaluable. Su trayectoria es hoy símbolo de dignidad, coherencia y creatividad, una muestra de cómo el arte puede sobrevivir incluso a las peores tormentas políticas.
Hablar de Camerata es hablar de un país entero: de su dolor, su exilio, su reencuentro y su esperanza. Es la prueba de que la música, cuando nace del alma y del compromiso, no se apaga nunca. Roberto López Belloso reunió testimonios y documentos de la época para dar forma a esta biografía colectiva, que recorre las ilusiones, el éxito y hasta los desencuentros de los integrantes de Camerata. Combina perfectamente los detalles musicales con la historia de un país en llamas. Hay música en estas páginas. En cada párrafo resuenan el tango y el candombe, la música barroca y la bossa nova. Está también la memoria viva de un país orgulloso de su arte y de sus luchas.
López Belloso (Maldonado, 1969), es un periodista y poeta que obtuvo el Premio Nacional de Literatura en tres ocasiones, así como los premios Onetti y Bartolomé Hidalgo.
Fue jefe de redacción de Brecha y en la actualidad es el director de la edición uruguaya de Le Monde Diplomatique.
En 2024 publicó con Fin de Siglo «Hijos de África. La brigada de comunistas uruguayos en la guerra civil de Angola».

