Cierre de colegios: contraste educativo de estratos y problemas de financiamiento

La educación privada culminó el 2023 de manera compleja tras el cierre de varios colegios, hecho que puso en alerta al sector porque no se trataba de un caso aislado, lo que nos trae a este año, donde la tendencia continuó y se anunció la clausura para el 2025 de otros seis colegios. En este marco hablamos con el director de Educación, Gonzalo Baroni y el integrante de la directiva del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza Privada (Sintep), Sergio Sommaruga, quienes tienen visiones diferentes de qué responden estas clausuras.

La tendencia a la baja poblacional es un factor cada vez más marcado en el país y en el mundo, en 2023 se registraron 31.381 nacimientos en Uruguay, la menor cifra desde 2016, pero si bien se ha tomado como posible causa de los cierres de colegios, analizando los datos de la ANEP podemos observar que las matrículas se han mantenido estables.

Entre los cierres (colegio San Leonardo, en Ciudad de la Costa, Cristo Divino Obrero en Montevideo, Sagrado Corazón de Jesús en Rosario-Colonia, colegio San José y colegio Virgen de las Flores en Canelones y María Auxiliadora de Rocha), el 75% se encontraba en barrios de clase media y media baja. Lo que contrarresta con la apertura de dos colegios (Moorlands en Barrio Los Olivos, cerca de La Tahona y la nueva sede el North Schools en Punta del Este) ubicados en barrios de clase alta. Además, esta tendencia deja a todo un equipo sin fuente de trabajo.

Análisis de Sommaruga

En conversación con Sommaruga, realizó un análisis enfocado más al funcionamiento de los colegios, sobre todo en lo administrativo, pero no desde la situación puntual “que no subestima la necesidad de entender el cierre en particular de cada institución en función de los impactos que provoca”, sino “desde el comportamiento del sector”. Visualizando entonces que “hay una tendencia al desorden sistémico que provoca la tendencia al cierre”. Explicando esta situación, remarcó que no es visible “porque las propias instituciones de enseñanza privada como estrategia de imagen pública irradian una idea de estabilidad y solidez de funcionamiento” pero “funcionan bajo una lógica de mercado con una débil e ineficiente regulación del Estado en asegurar su funcionamiento cuando, a su vez, es un socio económico relevante, por los subsidios y exoneraciones que les otorga”.

Estos incentivos “son un gran atractivo y convierten al sector en una zona franca” lo que provoca que “cualquiera que tenga el dinero puede abrir un centro de enseñanza privada” hecho que sucede sin tener en cuenta “la relación de la cantidad de centros educativos que ofrece enseñanza privada con las condiciones reales que tiene la matrícula”. Primer factor que desglosa y entiende que “provoca el desorden”. Sommaruga informó que SINTEP “puso mucho énfasis en la necesidad de modernizar la normativa” cuestionando “¿hasta qué punto el Uruguay puede acreditar que la enseñanza privada no está siendo utilizada para el lavado de activos?”, cuando las instituciones “no están obligadas a presentar la contabilidad suficiente”.

Enlazando esa falta de control, habla de otro factor “muy importante” que tiene que ver con “la ausencia de un modo de gestión adecuado para el manejo de una institución educativa”, con instituciones que se gestionan de “forma muy precaria, sin planificación estratégica y sin servicios contables”. Concluyendo que “en la competencia que hay en la cantidad de matrículas, las que están mal gestionadas tienden a ser las que queden en circunstancias de mayor vulnerabilidad”.

El tercer componente que desglosa, se relaciona “con la política económica del gobierno” que expresa ha sido “concentradora y excluyente en términos de participación de la riqueza de los ingresos de la enorme mayoría, con un crecimiento favorablemente en el 5% de los más altos ingresos mientras que el 95% restante se vio resentido”. Relacionando este hecho con la situación económica del barrio donde cierran y donde abren. “Entonces cuando el ingreso familiar merma o hay pérdida en el poder de compra del salario, una de las actividades que se resiente es la enseñanza privada” expresó.

Como último factor habló de la transición demográfica “que tendrá impactos sobre todo en el mediano plazo” pero analiza que “en lo inmediato la información estadística que provee la educación no habla de una retracción de la matrícula” entonces considera “poco riguroso” reducir los cierre a la menor natalidad”, sino que “es un conjunto de todos los factores”.

Sommaruga aclaró que Sintep se encuentra trabajando en “proteger los derechos laborales de las trabajadoras y los trabajadores y que cobren sus créditos laborales”. En ese sentido explicó que “la insuficiencia regulatoria del Estado hace que cuando cierre una institución, muchas veces no tenga las condiciones para pagar a los trabajadores”. Sin embargo respecto a la situación de los estudiantes “no tenemos mucho para hacer porque es responsabilidad del Estado garantizar el derecho de educación, generando las condiciones para la transición” y en ese sentido “están las garantías dadas”, además, “son decisiones personales de cada familia”.

Finalizando lamentó que “evidentemente el sistema educativo no tiene el sustento para absorber al personal” recordando que “viene en un proceso de recorte muy importante en materia de horas docentes”. Entonces el traspaso al sector público “se ve afectado” y dentro del sector privado “las instituciones que abren tienen un perfil que dificulta a estos docentes la reinserción, tanto por su ubicación como por su segregación”. En ese sentido, analizó que “la enseñanza privada adolesce lo mismo que todo el sistema público y que es un problema fuertemente subestimado y es la segregación educativa”.

El dirigente sindical aclaró que significa “la homogeneización creciente de la población que asiste a los centros educativos, que cada vez sociológica, cultural y económicamente los integrantes de una comunidad educativa son más iguales entre sí y esto es un enorme problema social y pedagógicamente hablando es una influencia anti valeriana”. Informa que cuando analizamos el egreso tardío, el abandono y la repetición “vemos que la situación no es la misma en los quintiles de ingreso más bajos que en los más altos”.

Visualización de Baroni

Por su parte el director de Educación, Gonzalo Baroni, aclaró que la Dirección Nacional de Educación no posee competencias directas al respecto del tema tratado, “porque hay una forma rara de gobernanza, donde el Ministerio de Educación y Cultura se encarga unas cosas y ANEP de otras”. Sin embargo no son ajenos al tema, que atribuyen a la tendencia de disminución de la natalidad como factor importante. “Eso hace que seamos una población más envejecida y que las instituciones privadas no dejan de ser empresas, para eso tienen que tener sostenibilidad financiera y con un decrecimiento de la matrícula se ven afectadas”.

También informó que “hay una discusión histórica, que la ha escuchado incluso en la oposición, en expertos y demás, que en general cuando los sistemas públicos dan respuestas más claras, el sistema privado empieza a ocupar un espacio más reducido”. En este marco, expresó “entre los años 2010 y 2015 hubo una tendencia mayor a la concurrencia a colegios privados” pero que “históricamente y en general hay entre un 13 a 15% de matrícula privada”.

Para Baroni en área metropolitana y dentro de los estratos medios y medios bajos, “a veces el sistema educativo público no da una respuesta tan clara, como en extensión del tiempo pedagógico o ofrecimiento extracurricular como deporte”.

“Hay una visión de que los colegios privados son para gente que tiene mucho poder adquisitivo, cuando es un error. En Uruguay hay aproximadamente unos 300 colegios y casi siete de cada 10 están en barrios de estratos medios bajos y bajos” expresó analizando que “en algunos casos están asociados a instituciones religiosas o cooperativas que con el tiempo no tuvieron sostenibilidad financiera y se fueron cerrando”. En los casos que cierran en 2025, informó que además, “están asociados a una caída de matrícula y a la apertura de escuelas de tiempo completo o de centros María Espínola”.