«Clair Obscur: Expedition 33», el juego que pinta de oscuridad y belleza el futuro del RPG

El nuevo título de Sandfall Interactive se posiciona como uno de los videojuegos más innovadores y conmovedores del año.

No parece un videojuego más. En pocos minutos, el jugador se encuentra en una ciudad flotante de impresionante arquitectura, donde la belleza estética convive con un terror inminente: una artista todopoderosa, conocida como La Pintora, decide cada año la edad límite para vivir. Quienes la superan, desaparecen bajo un ritual conocido como El Gommage.

El título, distribuido por Kepler Interactive y disponible para PlayStation 5, Xbox Series X/S y PC, ha causado una revolución en la escena de los RPGs. No solo por su presentación visual, que mezcla impresionismo, art nouveau y surrealismo con una nitidez técnica sobresaliente, sino por un sistema de juego que reinterpreta las bases del rol por turnos, añadiendo tensión en tiempo real y un nivel de inmersión emocional pocas veces visto en el género.

La trama se centra en un grupo de personajes que integran la Expedición 33, guerreros y rebeldes que se niegan a aceptar el orden impuesto por La Pintora. En un mundo donde nadie envejece, pero todos temen cumplir años, la narrativa explora temas como el libre albedrío, el miedo a la muerte, el valor de la memoria y el poder destructivo del arte.

Maelle, la protagonista principal, es una guerrera de mirada dura y pasado incierto, cuya evolución emocional acompaña al jugador a lo largo de un viaje que desafía tanto la lógica como los convencionalismos del videojuego narrativo. Su relación con los otros miembros del grupo (cada uno con su propia historia marcada por pérdidas, traiciones o redenciones) se convierte en uno de los pilares más sólidos de la experiencia.

En cuanto a su jugabilidad, Expedition 33 da un paso arriesgado pero exitoso. Aunque estructurado en batallas por turnos, el juego introduce mecánicas en tiempo real que obligan al jugador a estar siempre alerta. Esquivar ataques, responder con reflejos precisos o aprovechar el entorno en medio de un turno son solo algunas de las novedades que elevan la tensión y el dinamismo.

Los personajes poseen árboles de habilidades únicos y estilos de combate personalizables. Por ejemplo, Lune, la maga del equipo, utiliza «manchas» elementales que reacciona según el tipo de enemigo o superficie, mientras que Maelle puede adoptar posturas ofensivas o defensivas que cambian radicalmente su estilo. Esta versatilidad convierte cada enfrentamiento en un pequeño rompecabezas emocional y estratégico.

Visualmente, el juego es una obra de arte en movimiento. El equipo artístico de Sandfall, compuesto en su mayoría por ex miembros de Ubisoft y veteranos de la animación francesa, ha creado escenarios que parecen salidos de una galería de arte parisina del siglo XIX, pero con una sensibilidad moderna. La ciudad de Lumière flota sobre nubes teñidas de dorado, con puentes de cristal y estructuras que recuerdan a Gaudí y Mucha.

La música, compuesta por Lorien Testard, no se queda atrás. Con un enfoque melódico que mezcla cuerdas clásicas, coros etéreos y piano introspectivo, la banda sonora no solo acompaña, sino que guía emocionalmente cada escena. En varias ocasiones, la música se entrelaza directamente con la acción, marcando el ritmo de un combate o el clímax de una escena clave.

En una industria a menudo dominada por fórmulas seguras, Sandfall Interactive ha optado por el riesgo y ha salido triunfante. Su mezcla de narrativa literaria, combate exigente y belleza visual no solo ha elevado el estándar del género RPG, sino que ha dejado claro que el arte en los videojuegos no es una excepción, sino una posibilidad cada vez más real.

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