Convivir en la diversidad

“Vidas encajonadas” Re ensamblajes conceptuales y obras plásticas de Claudio Rama

La diversidad es la puerta de la innovación y  también madre de conflictos humanos. Ella es la realidad cotidiana de la vida en sociedad y se incrementa diariamente en este mundo global con las libertades y las mayores interacciones. Diferenciados por infinitas razones de la historia y la genética, la diversidad es fuente profunda de nuevas creaciones y abren miles de oportunidades. La diversidad se ha considerado como el gran reconocimiento del siglo XX con el aumento de espacios de libertad, democracia y movilidad global de personas, bienes y culturas. Pero también la diversidad es causa de conflictos, guerras e injusticias y desigualdades. 

La pureza de la raza o la cultura, el estilo de vida o la homogeneidad de las ideas, el monopolio del poder y el rechazo al distinto, están en lo más profundo del alma de los conflictos entre personas y sociedades. Reconocer y aceptar a quienes piensan, sienten y son distintos, y vivir y convivir con las diferencias son valores humanos que aún resisten algunas culturas e ideologías no liberales. En esas diferencias de las diversidades, las personas se  afirman para resaltar. Pero también al tiempo son el origen de deseos de superioridad y pretensiones de dominación. Aunque cada cual se siente diferente y especial en el mar de su cultura, pero no solo quiere  que el otro lo acepte, también muchas veces pide que se le reconozcan derechos o poderes que finalmente encierran su deseo de imponerse sobre los otros. Así, las diferencias de las diversidades, son parte del terreno de las luchas de dominación. 

La calesita de injusticias de la historia de blancos sobre indígenas, ricos sobre pobres, hombres sobre mujeres, mayores sobre jóvenes o hasta rubios y altos sobre morochos o bajos,  que han marcado el mundo y aun pretender pervivir, se amplían por doquier. Irrumpen grietas con polarizaciones amparadas en nuevas purezas y razones de  derechos, y que continúan bajo nuevos caminos, los eternos sueños y deseos humanos de pretender imponerse unos sobre  otros. Ahora heterosexuales, hombres o tradicionales, amantes de la lengua tradicional o de su libertad son también perseguidos y guerreados por nuevas minorías buscando alcanzar la más antigua profesión: imponerse sobre los otros. 

Todos somos distintos como resultado de los complejos juegos del azar de nuestras vidas, pero iguales ante la ley aunque algunos se consideran más diversos, más puros y con más derechos, siempre en nombre de alguna pretensión superior. Para algunos es difícil vivir reconocer la igualdad entre distintos y al tempo asumir las limitaciones de la libertad de un mundo cada vez más diverso y plural. Sean mayorías acostumbradas a dominar o minorías militantes y con heridas del pasado creyentes de su destino manifiesto. .  

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