Tal vez la vida sea ridícula.
Reúne cuatro obras de Gabriel Calderón, una de las voces más originales del teatro uruguayo contemporáneo. Las primeras tres obras, representadas y publicadas también en París, comparten algunos temas recurrentes como la memoria y la influencia del pasado, las relaciones familiares, la pulsión sexual. La cuarta obra, Mi muñequita, cumple diez años de su estreno con toda vigencia y se sigue poniendo en escena en distintas partes del mundo. El humor y el absurdo dominan estas tragicomedias exquisitas. Ilustración de cubierta: Sebastián Santana.
Ana contra la muerte
El hijo de Ana tiene cáncer. Ella no puede costear otro tratamiento, pero tampoco puede dejar que su hijo se muera.
Qué está dispuesta a hacer para salvarlo, hasta dónde piensa llegar y hasta qué punto somos capaces de entenderla. Cómo vamos a defenderla cuando se vuelva peligrosa para el resto. Cuando se vuelva peligrosa para la muerte.
Una vez más Calderón se enfrenta con los temas sobre los que ha construido su obra: la familia, la violencia, la muerte. En este texto renuncia al humor y la fantasía que fueron su marca en los últimos años, pero mantiene la fuerza y la gravedad sin caer en la solemnidad. La muerte de un hijo en la pobreza se pone en escena con inteligencia, con belleza, pero sin concesiones.
Mi pequeño mundo porno
No es una obra de teatro. En realidad, Calderón concibió este texto para ser representado en un teatro. Pero este pequeño mundo porno no solo no es, sino que no necesita de un escenario.
Las diferentes habitaciones del hotel en el que transcurren los encuentros de los personajes no son más que la proyección de una habitación cualquiera.
La tensión que aumenta con un pulso casi imperceptible va haciéndose de los invisibles escalones del pasado del lector.
La potencia de las imágenes que sugiere esta serie de escenas articuladas de manera simultánea, que Santana equilibra delicadamente con sus estampas, escapa a cualquier posibilidad dramática. El reguero de sangre y tripas será ordenado medianamente en el epílogo de María Esther Burgueño.
Es deseable que el eventual espectador de Mi pequeño mundo porno haya tenido oportunidad, antes de entrar al teatro en el que este guion se representa, de pulsar las páginas de este libro, pequeños detonadores que harán explosiones en el fértil y quizás inexplorado territorio de su morbo.
Gabriel Calderón (Montevideo, 1982). Dramaturgo, director, actor. Sus obras han sido premiadas y traducidas al francés, alemán, inglés, italiano, griego y portugués. Calderón estudió en la escuela Municipal de Arte Dramático de Uruguay, en la Sala Beckett de Barcelona, en The Royal Court Theatre de Londres y en el Directors Lab-Lincoln Center Theater de Nueva York. Ha trabajado con el Théâtre des Quartiers d’Ivry de París, el Teatro Nacional de Catalunya, el Teatro Nacional de Módena, la Manufacture de Suiza, la Universidad Paul Valéry de Montpellier y la Comedia Nacional de Uruguay.
Con Criatura editora ha publicado su obra Mi pequeño mundo porno (2011), su antología Tal vez la vida sea ridícula (2014) y ha participado en el volumen colectivo Animalia (2018).