La equinoterapia se considera una terapia integral porque afecta positivamente al desarrollo cognitivo, físico, emocional, social y ocupacional. El hecho de que sea beneficiosa en tantos aspectos la convierte en una herramienta muy útil para mejorar la calidad de vida de las personas discapacitadas.
La terapia con equinos llegó a Uruguay a finales de la década de 1990; desde entonces ha crecido exponencialmente, acompañada de estudios científicos que comprueban sus beneficios en el tratamiento de diversas enfermedades. En el mes de abril del presente año, la Administración Pública presentó un comunicado donde confirma que más de 2.000 personas en el país reciben equinoterapia en 52 centros de rehabilitación ecuestre.
El Banco de Previsión Social (BPS), por su parte, informa que la equinoterapia es una prestación complementaria de apoyo para el acceso a la terapia con equinos. Está destinada a personas con discapacidad a partir de los dos años de edad. La solicitud de tratamiento deberá ser gestionada directamente en el centro de equinoterapia de su elección, quien se encargará de la tramitación ante BPS. El comienzo del tratamiento está sujeto a la disponibilidad de cupos de cada centro.
La equitación terapéutica, o equinoterapia, lleva practicándose durante siglos. De hecho, en la Grecia clásica ya se aconsejaba montar a caballo como método para prevenir y curar diversas dolencias del cuerpo y de la mente.
Esta terapia se puede aplicar a personas con parálisis cerebral, personas con retraso psicomotor, personas con esclerosis múltiple, personas con síndrome de down, personas con autismo, entre otras. Debido a que se practica en un entorno y en unas condiciones determinadas para pacientes con discapacidad motora o intelectual, la equinoterapia requiere una preparación especial por parte de los profesionales que la practican, ya que, además de tener una base ecuestre, han de poseer conocimientos en fisioterapia, psicología y pedagogía.
Se utiliza el caballo porque es un animal dulce, tranquilo, adaptado y aceptado socialmente y con la capacidad de transportar. El hecho de ser de grandes dimensiones hace que debas confiar a la vez que tienes contacto directo con él. A nivel fisiológico, el caballo transmite calor a nuestro cuerpo, lo que ayuda a relajar la musculatura y los ligamentos, y el flujo sanguíneo del animal estimula el sistema circulatorio.
Por otra parte, el caballo transmite impulsos rítmicos al cinturón pélvico, la columna y las piernas del jinete, lo que proporciona estímulos capaces de regular el tono muscular y regular la coordinación. La marcha del caballo también transmite un patrón de locomoción tridimensional y una sensación de movimiento e impulso hacia delante.
Con respecto a sus beneficios psicológicos, la equinoterapia permite a quien la practica asociar las sensaciones físicas con nuevas reacciones psicológicas en relación con él mismo y con el entorno.
Entre las diversas y distintas disciplinas de la equinoterapia, encontramos la equitación pedagógica, la cual se centra en la adaptación del jinete a la monta y en la estimulación de la afectividad hacia el caballo; otra es la equitación adaptada que más que una terapia es un deporte adaptado dirigido a aquellas personas que practican la equitación como opción lúdica o deportiva.
Además, existe la hipoterapia, que consiste en la realización de ejercicios fisioterapéuticos en base neurofisiológica con y sobre el caballo; también tenemos el volteo terapéutico, que es similar a la hipoterapia, pero en concreto el volteo terapéutico consiste en hacer ejercicios de gimnasia sobre el dorso del caballo.
Todas estas disciplinas ayudan a diferentes estímulos de los pacientes; ahí entra en juego la equinoterapia social, donde se aprovecha el vínculo afectivo que el humano establece con el caballo. La relación que se origina permite superar los conflictos de adaptación a la sociedad en la que vive. Finalmente, las terapias ecuestres ocupacionales, que se usan para favorecer la inserción laboral de los discapacitados.
Es una excelente obra y debería apoyarse quedándose con todos los caballos que aparecen en las rutas y provocan accidentes.
Ahí voy a tratarme día por medio.