El consumo de pasta base en Uruguay

Se estima que en Montevideo más del 40% de las personas en situación de calle la consumen.

La población que consume

Según datos del Observatorio Uruguayo de Drogas, en 2022 aproximadamente el 0,9% de la población uruguaya entre 15 y 65 años —unas 26.000 personas— reportó haber consumido pasta base (PB) en los últimos doce meses.

Se trata de un consumo problemático, y se estima que entre 15.000 y 20.000 personas padecen una adicción con carácter de dependencia grave. Este grupo es el que genera mayor impacto social y sanitario.

Si bien el consumo experimental o esporádico podría mantenerse relativamente estable, el consumo problemático muestra una tendencia preocupante, especialmente concentrado en contextos de alta vulnerabilidad.

Las cifras son estimativas. El estigma y la marginalidad dificultan su registro preciso y se considera que existe un subregistro significativo.

En cuanto al perfil del consumidor, predomina entre jóvenes y adultos jóvenes (15 a 35 años), con un inicio cada vez más temprano, durante la adolescencia.

Los adictos son mayoritariamente varones, aunque el consumo femenino ha ido en aumento, a menudo vinculado a contextos de explotación o supervivencia.

El consumo se concentra de forma abrumadora en los sectores más vulnerables y empobrecidos de la sociedad: asentamientos irregulares y barrios periféricos.

Entre los factores de riesgo asociados se destacan:

  • Exclusión social y económica severa (desempleo, pobreza extrema).
  • Bajo nivel educativo y deserción escolar temprana.
  • Disfuncionalidad familiar grave (violencia, abandono, consumo parental).
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  • Antecedentes de trauma y violencia (física, sexual).
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  • Redes sociales limitadas o centradas en el consumo.
  • Alta prevalencia de trastornos de salud mental concurrentes (depresión, ansiedad, psicosis).

Relación entre la población penitenciaria y el consumo de pasta base

La prevalencia del consumo es altísima: estudios indican que entre el 70% y el 80% de la población penitenciaria uruguaya consume o ha consumido PB de forma problemática.

Dentro de las cárceles, el consumo persiste e incluso puede intensificarse. Existe un circuito interno de microtráfico y producción rudimentaria conocidas como “cocinas”.

Se observa un vínculo causal bidireccional entre consumo y delito. Para financiar la adicción, se cometen delitos contra la propiedad y microtráfico. A su vez, la comisión de delitos deriva en prisión, lo cual exacerba el consumo.

En muchos casos, la cárcel opera como espacio de iniciación, reforzamiento de redes delictivas y exposición a violencia y estrés.

La llamada «puerta giratoria» implica que la adicción no tratada se convierte en un factor clave de reincidencia. Salir en abstinencia sin redes de apoyo conduce rápidamente al reincidir en el consumo y, en consecuencia, a nuevos delitos para sostenerlo.

Consumo de pasta base y personas en situación de calle

Los datos son alarmantes. Estudios en Montevideo estiman que más del 40% de las personas en situación de calle consumen PB de forma diaria o casi diaria.

La PB es causa y consecuencia de la vida en calle: se pierde la vivienda por agotamiento de recursos y ruptura familiar; y se consume como forma de supervivencia ante el estrés extremo de las condiciones inhumanas.

Se genera así un círculo vicioso. La adicción obstaculiza la salida de la calle, dificulta mantener trabajos, tratamientos o acuerdos, y expone a más violencia, explotación y disponibilidad de droga.

Muchas personas consumen en espacios compartidos conocidos como “picaderos”, que suelen ser lugares insalubres y de alto riesgo.

Modalidades de comercialización

El microtráfico callejero es la forma dominante, en esquinas, plazas o dentro de asentamientos.

Existen estructuras piramidales, con adolescentes o jóvenes (“soldados”, “halcones”) en la base, expuestos al mayor riesgo (detenciones, violencia), que responden a mandos intermedios y superiores.

Los picaderos funcionan tanto como puntos de consumo como de venta minorista.

En algunas zonas existe la venta puerta a puerta, donde los vendedores recorren casas de consumidores habituales.

También se usa tecnología —WhatsApp, Telegram— para coordinar encuentros, aunque la transacción sigue ocurriendo en persona.

¿Quiénes y cómo se vende la pasta base?

Los “soldados” o “halcones” son jóvenes de barrios muy pobres, reclutados por redes criminales. Venden en la calle a cambio de dinero, droga o “protección”. Son fácilmente reemplazables.

También hay vendedores independientes, que son consumidores que comercializan pequeñas cantidades para financiar su propio uso.

El control territorial está en manos de bandas locales —a menudo vinculadas a facciones mayores o narcos— que controlan puntos de venta específicos (conocidos como “bocas” o esquinas). Estas disputas suelen derivar en violencia y altos niveles de homicidios.

La PB se vende en pequeñas dosis (“papelitos”, “piedritas”) a precios muy bajos, accesibles incluso para personas con ingresos marginales (limosnas, delitos menores).

Origen de la pasta base

La mayoría de la PB consumida en Uruguay se produce localmente. No es un producto de importación masiva, como sí lo es la cocaína.

Los principales precursores químicos son kerosén, ácido sulfúrico y carbonatos, que suelen importarse legalmente para otros usos y luego desviarse, o ingresar de contrabando (especialmente desde Brasil o Paraguay).

La base es el sulfato de cocaína (también llamado pasta básica de cocaína – PBC), que puede provenir de Bolivia, Perú o Colombia. También se procesan residuos de cocaína.

Relación con el narcotráfico global

El vínculo es indirecto pero clave. La conexión global se da en el suministro de precursores químicos, controlado por redes transnacionales.

El sulfato de cocaína inicial proviene del narcotráfico internacional (carteles colombianos, peruanos, bolivianos), aunque la escala necesaria en Uruguay es mucho menor que para el clorhidrato exportado a Europa o EE.UU.

Las ganancias del microtráfico —aunque modestas— requieren mecanismos de lavado, que pueden vincularse con redes mayores.

Uruguay forma parte de una región de tránsito de drogas hacia mercados globales. Las organizaciones que controlan esas rutas también intervienen en el mercado interno de PB.

Hay indicios de la presencia de facciones criminales brasileñas, como el Primer Comando de la Capital (PCC) y el Comando Vermelho (CV), vinculadas al control territorial, distribución de precursores y lavado. Su presencia ha incrementado la violencia.

Se concluye entonces que el consumo problemático de pasta base en Uruguay es un fenómeno profundamente arraigado en las desigualdades sociales, la exclusión y la vulnerabilidad.

Afecta de manera desproporcionada a jóvenes varones de contextos marginales, a la población penitenciaria y a las personas en situación de calle, generando círculos viciosos difíciles de romper.

Aunque la producción es mayoritariamente local, su existencia depende de redes globales de narcotráfico para el suministro de precursores, y está influida por dinámicas criminales regionales.

Combatir esta problemática exige un enfoque integral:

  • Políticas de seguridad que desarticulen redes criminales y el flujo de precursores.
  • Políticas sociales sostenidas de inclusión, prevención y tratamiento.
  • Reducción de daños y protección específica para los grupos más vulnerables.

Fuentes principales consultadas: Junta Nacional de Drogas (JND) – Uruguay; Observatorio Uruguayo de Drogas; Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) – Uruguay; Facultad de Ciencias Sociales / Facultad de Psicología (UdelaR); Ministerio del Interior – Uruguay; Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD-OEA)

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5 Comentarios

  1. Pero nadie hace nada x ayudar a nuestros familiares xq una internacion es cara para los bajos recursos y a veces salen peor xq les dan medicamentos y cuando los dan de alta ese paciente al q creen q ya esta recuperado en algún momento necesitan de ese medicamento y como no lo encuentran en farmacias vuelven al consumo y así sucesivamente a mi entender nadie ayuda a estos pobres q han caído en esa porquería llamada pb o xq no directamente llamarla muerte lo digo xq conozco muy de serca la situación

  2. Busquen el cuartel mas al pedo del uruguay vacíe lo,deje solo guardia perimetral,juntelos a todos saquelos de las calles ,metalos ahi,los baña,les danntratamiento, medicación,educacion,haganlos madrugar para trabajar todos los dias poara ganarse la cama y la comoda,y en un año me cuentan haber como salen,tan dificil es que se caiga una idea,lo otro mientras el narcotrafico siga invirtiendo libremente en todas las areas incluyendo la politica,nunca se va a apoyar a las familias que sufren a sus hijos muertos en vida ,hay que despertar a ningun politico le importa su pueblo despierten !!!

  3. Tengo a mi hijo pribado de libertad y ya no se que haser como ayudarlo , es algo muy triste y difícil ya que en las cárceles deberían darles algo para la astinencia y investigar más como entra la pasta base y otras drogas , soy una madre desesperada, mi hijo tiene 39 años y hase muchos años consume esa porquería que lo está matando,

  4. Yo digo algo u piensen antes de juzgar hay wue tener penas severas para el consumo así se para no hay otra el narco tráfico es muy difícil debido que hay mu ha gente poderosas wue vive de eso

  5. Lo peor es que en las carceles hay bocas y hay mucho consumo , o sea , la corrupción y violación sistémica de los derechos humanos en las carceles uruguayas hace que el problema no tenga fin , el estado ausente ,.lamentable se le mueren masivamente por el hacinamiento , a nadie le importa

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