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Ana Ribeiro, curadora del Museo del Gaucho y la Moneda, celebra su apertura con una oferta “atractiva” de una “altísima vigencia de una vieja y magnífica colección”, que “se va a ir renovando”.

El Gaucho, La Moneda y el hall majestuoso del BROU resaltan “insumos identitarios importantes” del país

Todo ese acervo que se encontraba en cajas, fuera del alcance social, se recuperó y se le sumaron aquellas obras que se encontraban esperando en los despachos del directorio y la colaboración de otras en calidad de préstamo. El museo cuenta con más de 300 piezas de arte y fue dividido en seis salas donde cada una cuenta con una diversidad de elementos sin romperse la relación que permite “captar la atención de todos”, incluyendo una sala inmersiva con pantallas.

Ana Ribeiro, curadora del Museo del Gaucho y La Moneda, celebra su apertura con una oferta “atractiva” de una “altísima vigencia de una vieja y magnífica colección”, que “se va a ir renovando”.

 

Ante el pedido de traspaso laboral de la funcionaria Alicia Brassesco del Museo del Gaucho y La Moneda, a otro dentro del sistema de museos, la subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura, Ana Ribeiro, investigó el suceso, por el que no se habían perdido sueldos pero sí actividades porque se encontraba cerrado. 

 

En conversación, cuando recién asumían sus funciones, con el presidente del Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU), Salvador Ferrer, tomaron la decisión de unir la ausencia de ese patrimonio histórico y cultural al acceso social con la falta de uso del hall de la casa central, que en su momento albergaba una sucursal. Ribeiro asume la responsabilidad como curadora de este proyecto, incorporando desde el primer día a la funcionaria que conocía a profundidad la colección; tres años después, en octubre de 2024, el museo abre sus puertas.

 

“Trabajé tres semanas frenéticamente y presenté un proyecto. Dije: ¿qué puede pasar? Vamos a soñar a lo grande y, finalmente, creamos un museo con acervo tradicional pero moderno, con el realce de un edificio majestuoso”, expresó, recordando el camino que recorrió junto a un equipo para llevar adelante este cambio, en el que se “unificaron tres museos en uno, el del Gaucho, La Moneda y la sala, cuyo porte solo es superado por el Salón de los Pasos Perdidos”. Los martes de cada semana se reunía el equipo creándose un clima “fantástico de colaboración” donde cada decisión “se ponía a consideración de todos”.

 

En lo personal, reflexiona que lo vivió como “un proceso de constante crecimiento porque todo era un desafío, había que estudiar, consultar, armar, seleccionar qué quería decir, apostar a la creatividad y apelar a mi condición de historiadora y de amante y estudiosa del arte. Me encantó hacerlo, tuve un equipo maravilloso y muy exquisito en su percepción”.

 

Desde su mirada de historiadora analiza que los museos “son fundamentales en la construcción de identidad en cualquier país”. En ese sentido explicó que su objetivo era contar la historia “sin tapujos” para “entender la transformación del país”, destacando como uno de los “insumos identitarios importantes” al gaucho que históricamente era una figura “perseguida por la ley y defenestrada por muchos textos y piezas periodísticas hasta jurídicas”, que sin embargo “logró meterse en el corazón del país y participar del sistema de lucha de los partidos, alcanzando un rango heroico y, en el momento en que las condiciones económicas del país determinan que debe desaparecer como tipo social, llega a la cumbre de su prestigio y se convierte en un tipo identitario. Desaparece la imagen del primer gaucho, que no producía y depredaba lo que había y aparece el paisano mimetizado en un hombre de campo que se siente y se dice gaucho”.

 

Ante la mirada dudosa de por qué el enlace entre el gaucho y la moneda, informa que el museo explica “que si bien parecen algo separado”, sin embargo “no lo están”. “El mundo del capital y de la riqueza es el que de verdad triunfa, siendo el banco una instalación permanente de ese triunfo y el gaucho era un tipo social asistémico, que en sus inicios no quería ningún sistema que no fuera el propio y no entendía ese de la productividad y las reglas, entonces se cuenta la evolución del gaucho, se cuenta la moneda, se muestra la institucionalidad fuerte del país, se muestra la estabilidad económica del país”.

 

Cuando Ribeiro habla de “insumo identitario importante” hace referencia a “algo intangible que se convierte en algo tangible en un país”, ejemplificando con el Museo del Gaucho y La Moneda, “que cuenta con miles de visitantes y permite entender cómo es la vida del gaucho, entonces y ahora, sin la necesidad de ir al campo. Además, le da realce a la oferta cultural del país”.

 

Describe el museo como “moderno” por sus recursos técnicos donde, por ejemplo, “los niños y niñas pueden tocar con toda tranquilidad las esculturas para entender lo que es el volumen y cómo trabaja un escultor, puede entrar a una sala inmersiva y emocionarse porque es un paseo a entender mediante los sentidos; por qué es tan distinto el mundo rural del mundo urbano y puede entender la historia de una evolución de un tipo social nacional y regional”. Cuenta con una oferta “atractiva” de una “altísima vigencia de una vieja y magnífica colección”, que “se va a ir renovando”.

 

Todo ese acervo que se encontraba en cajas, fuera del alcance social, se recuperó y se le sumaron aquellas obras que se encontraban esperando en los despachos del directorio y la colaboración de otras en calidad de préstamo. El museo cuenta con más de 300 piezas de arte y fue dividido en seis salas donde cada una cuenta con una diversidad de elementos sin romperse la relación que permite “captar la atención de todos”, incluyendo una sala inmersiva con pantallas.

 

Ribeiro informó que se encuentran trabajando en algunas ideas a incorporar, como la de una jornada dedicada a las aves del Uruguay y a los montes nativos, utilizando los recursos técnicos con los que ya cuenta la sala; la instalación de muestras permanentes con espacios para artesanos, guasqueros y los que trabajan con la lana, con el objetivo de que el público “pueda regresar y encontrar nuevas ofertas”.

 

Anteriormente, el público principal eran las escuelas y, si bien lo continúan siendo, ahora concurre “todo tipo de público, incluyendo turistas”. En ese sentido celebró la participación que se tuvo durante el fin de semana del Patrimonio y la Noche de los Museos.

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