El príncipe Enrique ha comparecido por segundo día en el tribunal de Londres que examina su denuncia contra la prensa sensacionalista, para de nuevo volver a cuestionar las tácticas de los tabloides, denunciando incluso que llegó a encontrar un dispositivo de localización GPS en el auto de una antigua novia.
Ya durante la primera jornada de declaraciones, el hijo menor del rey Carlos III aseguró que durante años ha sido víctima de todo tipo de intromisiones ilegales, de las que responsabiliza en particular a la firma Mirror Group Newspapers, responsable de la publicación del ‘Daily Mirror’ y otros medios.
El príncipe ha tratado de poner ejemplos de esta vigilancia y ha afirmado que encontró un aparato de vigilancia en el auto de Chelsy Davy, con quien mantuvo una relación. Enrique incluso ha puesto nombre al detective privado que lo habría colocado, Mike Behr, según el testimonio recogido por la prensa británica, volcada con un proceso para el que se han acreditado más de cien periodistas.
No en vano, es la primera vez que un miembro de este nivel de la familia real británica comparece ante un juez y el príncipe Enrique ha intentado hacer de su denuncia un debate más amplio sobre la actividad de la prensa. En este sentido, ha insistido en que el pinchazo telefónico alcanzó «una escala industrial» y ha advertido de que sería una «injusticia» un fallo a favor de la empresa.
El ‘Mirror’, en cambio, siempre ha defendido que obtuvo de manera legal sus informaciones, tanto de Enrique como de otros famosos que también se han sumado a las quejas judiciales contra el grupo, denunciado por la vía civil –pase lo que pase, no habrá penas de cárcel–. Las vistas aún se prolongarán al menos dos semanas más y el veredicto se espera para este mismo año.