Frederick Forsyth, escritor

El mundo literario se vistió de luto con el fallecimiento a los 86 años de Frederick Forsyth, un ícono británico en el ámbito de la novela de espías.

Forsyth, cuya carrera como escritor comenzó por necesidad económica, dejó un legado impresionante de alrededor de 20 novelas que han vendido cerca de 70 millones de ejemplares a nivel mundial. Entre sus obras más célebres se encuentran Chacal (1971) y La lista (2013). Jonathan Lloyd, gerente de su agencia Curtis Brown, expresó su tristeza por la pérdida de uno de los más grandes autores de suspense del planeta.

A lo largo de su carrera, Forsyth logró tejer historias que fusionaban su experiencia personal como piloto de la Fuerza Aérea Real (FAR) y su trabajo como reportero, dando vida a un género que capturaba la atención del público. Su fascinación por los juegos de poder entre mercenarios y espías se nutrió de vivencias, como su cobertura de la guerra civil en Biafra en 1969, un evento que lo llevó a renunciar a su puesto en la BBC tras cuestionar la narrativa oficial.

Nacido el 25 de agosto de 1938 en Kent, Forsyth trabajó como corresponsal en París antes de dar el salto a la ficción. Entre 1961 y 1963, siguió de cerca al líder francés Charles de Gaulle, quien fue objeto de un intento de asesinato en 1962, un suceso que inspiró su primer libro. Aunque su carrera literaria comenzó con reveses —Chacal fue rechazado por cinco editoriales antes de ser publicado—, pronto cosechó un éxito desmesurado, con más de nueve millones de copias de esa obra vendidas.

Su metodología de trabajo se caracterizaba por un rigor periodístico inusual entre los novelistas. Forsyth mantenía los nombres reales de sus personajes y se sumergía en una extensa investigación durante meses antes de comenzar a escribir.

Además, Forsyth llevó su pasión por la investigación a un nuevo nivel, viajando a lugares relevantes para sus tramas. Desde su encuentro con el cazanazis Simon Wiesenthal para El expediente Odessa (1972), hasta su contacto con traficantes de armas en Hamburgo para Los perros de la guerra (1974), sus relatos siempre llevaron consigo una dosis de veracidad.

Su último gran proyecto, El intruso (2016), ofreció un vistazo íntimo a su participación con los servicios secretos británicos, revelando su papel como informador en diferentes conflictos a lo largo de su vida. Aunque afirmó que no se consideraba un escritor de gran literatura, su contribución al mundo de la novela de espionaje es indiscutible.

A lo largo de su vida, Forsyth continuó desafiando sus límites, y en 2018 se sintió impulsado a escribir una última novela, El zorro, una secuela de El expediente Odessa.

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