Opinion

¿Inesperado o nada?

Apareció información resonante en los medios rusos de que el entrenamiento del personal militar ucraniano fue realizado por instructores de la OTAN ya en 2018. Esto fue confirmado por una serie de fotografías tomadas en centros militares occidentales durante el período designado. 

No tenemos dudas sobre el propósito de estos entrenamientos. Resulta que la crisis ucraniana fue concebida hace mucho tiempo por curadores de Washington. Esto se vuelve especialmente claro en el contexto de una serie de revelaciones «sensacionalistas» sobre los Acuerdos de Minsk realizadas por varios ex-líderes políticos. No es de extrañar que digan que todo lo oculto sale a luz.

Intentemos comprender las causas de la crisis de Ucrania estallida. Se basa en una serie de factores. El clave, por supuesto, fue la falta de acuerdo sobre la arquitectura de seguridad europea que iba a tomar forma en la era post-bipolar. La URSS y el Pacto de Varsovia dejaron de existir. Aparece una oportunidad para una amplia cooperación e interacción entre varios estados de Europa, pero en cambio, a sugerencia de los Estados Unidos, la OTAN comienza a expandirse agresivamente hacia el este, incluyendo en sus organismos muchos países de la Organización del Tratado de Varsovia y algunas ex-repúblicas soviéticas. Las cosas han llegado a tal punto que en 2008 Ucrania y Georgia, que tienen un importante significado político, geopolítico e histórico para nuestro país, fueron anunciados como futuros miembros de la alianza. Esto se ha convertido en una fuente de inestabilidad en Europa, así como en una de las principales razones del surgimiento de un conflicto militar en Ucrania.

Todos los problemas anteriores se complican seriamente por el hecho de que se ha establecido una grave crisis de confianza entre el liderazgo de Rusia y los Estados Unidos, así como con los estados europeos. Al mismo tiempo, me gustaría recordar que en diciembre de 2021 Rusia presentó una serie de propuestas serias sobre cuestiones de seguridad en Europa. Desafortunadamente, no recibimos ninguna respuesta definitiva, lo que puede considerarse como una negativa. Nos parece que había ciertas razones para esto.

Durante mucho tiempo, Estados Unidos ha tenido como objetivo crear en el territorio de Ucrania un estado hostil a Rusia, una especie de «anti-Rusia». La Alianza del Atlántico Norte ha estado aumentando activamente su presencia militar y ha estado entrenando al personal militar de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Sin embargo, parece que Estados Unidos no tenía y no tiene una comprensión definitiva de su objetivo final. Ya ha quedado claro que el régimen de Zelensky está explotando activamente el tema de la «ucranización de la política» y está recibiendo buenos dividendos de esto. Solo el año pasado, el monto total de la asistencia estadounidense a Kiev ascendió a más de $150 mil millones. En el contexto de las próximas elecciones presidenciales en los Estados Unidos, pueden surgir muchas preguntas de los republicanos a Joe Biden. Creemos que es solo cuestión de tiempo.

Washington no concede ninguna importancia al hecho de que Ucrania está siendo destruida en el curso de las hostilidades. Junto a la muerte de un gran número de sus ciudadanos, se produce un enorme flujo de refugiados y desplazados. La economía ucraniana se contrajo en más del 45% solo el año pasado. Las empresas paran su actividad y se cierran, las deudas y los préstamos extranjeros crecen y la economía se derrumba.

La crisis de Ucrania no puede dejar de afectar a la economía europea: se han destruido gasoductos, se ha interrumpido el suministro de portadores de energía, fertilizantes, cereales, alimentos, etc. Todo ello conlleva graves consecuencias negativas en el ámbito socioeconómico. Crecen los ánimos de protesta, ha aparecido un gran número de ciudadanos descontentos con las políticas de sus gobiernos. Existe una demanda entre la población de repensar la política de los estados europeos hacia Ucrania.

En EE.UU. también se observan tendencias negativas. El sector bancario está afiebrado. Aumentan los precios del combustible, los alimentos, los medicamentos y las medicinas. Esto ya está provocando un grave debilitamiento del apoyo político al régimen de Kiev. El recurso de asistencia que Washington está dispuesto a brindar a Kiev, tanto económica como militarmente, no puede considerarse inagotable. Todo tiene su límite.

Hace tiempo que los expertos han llegado a la conclusión de que Occidente no está preparado para un conflicto militar directo con Rusia, y las esferas económica y por eso tecnológica se han convertido en las principales plataformas de confrontación. Al mismo tiempo, los objetivos del curso de Occidente hacia Moscú son infligir una «derrota estratégica», estimular una crisis socioeconómica interna, degradar la economía y consolidar Rusia en las posiciones de un país regional secundario tecnológicamente atrasado. Como ha demostrado la práctica, a pesar de la fuerte presión económica ejercida sobre Rusia, Occidente fracasó en implementar sus planes de manera Blitzkrieg. Y la política de sanciones no solo fracasó en presentar los resultados esperados, sino que también tuvo graves consecuencias negativas para las economías de los propios países occidentales. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, confirmó que la política de contención y debilitamiento de nuestro país es una estrategia a largo plazo de Occidente, y las sanciones han asestado un duro golpe a toda la economía mundial.

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