Invierno con más consultas respiratorias aunque sin señales de alarma

Este año muchas personas recibieron la vacuna antes del repunte de casos.

Las infecciones respiratorias comenzaron a incrementarse con la llegada del frío, aunque esta vez el ritmo es distinto y el sistema de emergencias, lejos de colapsar, responde con previsión y recursos disponibles.

En mayo del año pasado, el escenario fue otro. Las consultas respiratorias saltaron del 11 al 35 por ciento en apenas un mes, dejando a varios servicios al borde de su capacidad. El aumento fue tan abrupto como inesperado, y obligó a actuar en plena crisis. Esta vez, la curva se mueve con mayor previsibilidad. Abril mantuvo el mismo 11 por ciento del año anterior y mayo mostró un crecimiento gradual. Recién en junio se empezó a notar un cambio más marcado.

Desde UCM Falck aseguran que la diferencia no es solo estadística. La Dra. Ana Mieres, directora técnica de la institución, explicó a Diario la R que esta vez hubo tiempo para reorganizarse, reforzar los equipos y anticipar la respuesta. “Estamos viendo un aumento que es sostenido pero no exponencial, y eso nos permite armar mejor nuestra estructura, reforzar los turnos, tener móviles, médicos y equipamiento listos, asegurando que cada persona reciba atención en tiempo y forma”, señaló.

Uno de los elementos que ayudaron a cambiar el escenario fue el inicio temprano de la campaña de vacunación antigripal. A diferencia del invierno pasado, donde la inmunización comenzó con los virus ya en circulación, este año muchas personas recibieron la vacuna antes del repunte de casos. Esa anticipación, según Mieres, tuvo un impacto directo en la circulación viral y en la cantidad de personas enfermas. “La única diferencia que estamos viendo con respecto al año pasado es que se comenzó con una campaña de vacunación precoz. Y eso está ayudando a que las infecciones respiratorias no crezcan en forma exponencial”, indicó.

Más allá de la respuesta organizada del sistema, el mensaje sigue siendo el mismo. Consultar a tiempo puede marcar la diferencia. Mieres recordó que en adultos, la dificultad para respirar que impide caminar o hablar, el dolor al inspirar, los labios azulados o el estado de confusión requieren atención médica inmediata. En los niños, la respiración agitada con esfuerzo, el hundimiento del pecho, los sonidos extraños al respirar o una somnolencia anormal también son señales de alerta.

Por ahora, la situación se mantiene bajo control. Las emergencias responden sin sobresaltos y el invierno avanza con menos tensión que el anterior. La clave, coinciden los especialistas, está en no subestimar los síntomas y actuar antes de que sea tarde.

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