José Gurvich, nacido el 5 de enero de 1927 en Lituania, A los cinco años, su familia emigró a Uruguay, donde Gurvich comenzó un viaje artístico que lo llevaría a explorar y enriquecer la identidad cultural de su nuevo hogar. Su formación en pintura comenzó en la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1942, donde fue alumno de José Cuneo. Sin embargo, su camino se bifurcó al conocer a Joaquín Torres García, quien lo invitó a formar parte del Taller Torres García, un espacio de vanguardia que marcaría su carrera.
Desde su incorporación al Taller, Gurvich se sumergió en un entorno creativo que fusionaba el arte con la pedagogía. Participó activamente en diversas actividades del Taller, produciendo murales, cerámicas y obras que reflejaban su conexión con el mundo que lo rodeaba. Su estilo se caracterizaba por un uso vibrante del color y formas que evocaban tanto la tradición como la modernidad, lo que lo llevó a ser un destacado exponente del constructivismo.
Gurvich no solo se limitó a la pintura; su versatilidad lo llevó a incursionar en la escenografía para teatros y la ilustración de programas de cine, ampliando así su huella en el ámbito cultural. En 1954, realizó un mural en el bar El Temerario, que, aunque destruido, dejó una marca en la memoria colectiva de Montevideo. Su interés por la tradición y su herencia cultural lo impulsó a viajar a Israel, donde trabajó en el kibutz Ramot Menasche, revitalizando las costumbres y tradiciones de su infancia.
A lo largo de su vida, Gurvich participó en numerosas exposiciones tanto en Uruguay como en el extranjero. Su obra fue reconocida y celebrada, pero su vida fue truncada de manera repentina en 1974, cuando falleció en Nueva York a la edad de 47 años. Sin embargo, su legado perdura. En 2005, se inauguró el Museo Gurvich en Montevideo, dedicado a preservar y difundir su obra.
El museo ha evolucionado desde su concepción inicial, convirtiéndose en un espacio dinámico que no solo muestra la colección permanente de Gurvich, sino que también investiga y presenta obras de otros artistas vinculados al Taller. Según Martín Gurvich, su legado se ha ampliado para incluir a compañeros y alumnos, reafirmando el compromiso de la fundación con la cultura uruguaya.
Hoy, el arte de José Gurvich sigue siendo una ventana que invita a explorar la esencia humana, navegando entre emociones como el amor, la nostalgia y la alegría, pero también el dolor y la crudeza de la realidad. Su vida y obra son un testimonio de la riqueza cultural de Uruguay, un país que, a través de sus artistas, continúa construyendo una identidad vibrante y diversa.
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