La educación superior se forma de estudios que permiten a los estudiantes seguir carreras según lo requiere la industria en una serie de materias como la ingeniería, las artes y los medios de comunicación, la biomedicina y la salud para conectar el aprendizaje con los intereses y aspiraciones profesionales de los estudiantes.
En el caso de la medicina, la formación es intensa y, a menudo, desafiante, pero gratificante. Los estudiantes egresados son la carta de presentación para las universidades, entre más preparados estén, mejor prestigio tendrá la institución. Es por esto que las escuelas buscan constantemente herramientas que puedan ayudar a los educandos a tener una mejor formación profesional.
En los últimos tiempos, ese tipo de formación universitaria ha tenido una transformación significativa en las últimas décadas, gracias a la implementación de la tecnología. Una de estas revoluciones es el uso de la realidad virtual (VR). Hacen posible que el conocimiento se lleve a la práctica durante las mismas clases. A través de simuladores, se pueden crear escenarios totalmente inmersivos en los que el estudiante puede ensayar procedimientos médicos, estudiar anatomía como si estuviera dentro del cuerpo humano o interactuar con pacientes ficticios en consulta.
Hay varias empresas que se han sumado a desarrollar simuladores de RV para ayudar a los estudiantes, no solo de medicina sino de diversas áreas de aprendizaje. Un ejemplo es la empresa Microsoft, quien desarrolló el proyecto HoloLens para el mundo de los videojuegos, pero que se adaptó para la enseñanza.
Para usar el sistema basta con una computadora con el software y unas gafas especiales que se usan principalmente para estudiar anatomía. Así, los jóvenes pueden acceder a hologramas de todo el cuerpo en 3D, e incluso pueden simular que caminan y se mueven dentro para ver el funcionamiento de las estructuras.
De manera tradicional, las universidades suelen usar cadáveres para practicar diversos procedimientos, lo cual para algunos estudiantes puede ser motivo de angustia. Para estos casos la RV tiene una alternativa. Mediante algunos sistemas, los alumnos pueden practicar varios procedimientos quirúrgicos de dificultades diferentes. Entre los beneficios, está que las operaciones se pueden practicar cuantas veces sea necesario sin poner en riesgo a nadie.
Los sistemas también pueden recrear la sala de quirófano, la fuerza con la que se hace la incisión y se puede trabajar con un paciente específico con un historial clínico precargado. Los estudiantes también deben adquirir habilidades en el ámbito social, por lo que además se han programado escenarios de RV donde el alumno pueda simular que está en una consulta con un paciente, mientras el docente evalúa su desempeño.
Otros futuros profesionistas de la salud que son beneficiados por la tecnología son los odontólogos y los estudiantes de enfermería. En el campo dental se ha desarrollado el sistema denominado DentSim, que usa la Realidad Aumentada (RA), con simuladores que permiten el entrenamiento de operaciones propias de la profesión, que se pueden rastrear ópticamente en tiempo real.
El sistema usa imágenes virtuales y un maniquí, y mientras el alumno realiza el procedimiento, el sistema le ayuda con retroalimentación en tiempo real; con ello, el practicante puede conocer sus áreas de reforzamiento y rendimiento general.
En cuanto a la enfermería, la RV permite a las y los estudiantes vivir prácticas laborales reales, ya que si bien entre los mismos alumnos practican procedimientos, el mundo dentro del hospital es completamente diferente. La RV les permite a los estudiantes interesarse y sumergirse en un ambiente de hospital con casos prácticos verdaderos y la presión que se vive dentro, así como reforzar su trato con el paciente y practicar procedimientos de la profesión.