La representación

Nuestras sociedades se mueven en lógicas de representación que en general, tienden a confundir representar con suplantar. Es importante asumir los bolsones de excluidos que generan los sistemas en los que vivimos, para comprender que es necesario pensar más allá de la lógica de nuestra representación inmediata y directa.

Vivo en una cooperativa de vivienda por ayuda mutua. Allí trabajadores y trabajadoras, se definen en función de su posicionamiento en la estructura de la sociedad, pero también, y sobre todo, por la consideración de organizarse para luchar por tierra, por vivienda y por la construcción del cooperativismo como sistema de organización. Lo anterior, asumiendo que hoy, mucho/as están sin laburo, tienen problemas con el acceso y la atención de la salud, los gurises no siempre tienen todo lo necesario para ir a la escuela o liceo, etc.

Sin embargo, en los planteos generales incluimos muchos y variados temas, además del de la vivienda. No solo porque vivimos también los problemas sociales sino porque nos solidarizamos con quienes los viven más allá que no sean cooperativistas.

Lo autorreferencial del párrafo anterior es a modo de colocar sobre la mesa un tema que debe ser impulso de estos tiempos.

Ya hemos gastado teclado en escribir sobre esto, pero es preciso insistir. Porque en el lenguaje correcto, de lo políticamente correcto, vamos dejando que se asuman ideas que no son así. En este sentido algunos ejemplos recientes.

La discusión de la reforma jubilatoria, que además de representar y servirle a un sector minoritario de la sociedad, generando mayor cantidad de año para poder jubilarse, se fue transformando en un ring donde las oposiciones estaban representadas por la propia oposición. Esta fue la construcción mediática también, seamos claros, intentando disponer desde la propia coalición todo el espectro político de posiciones. Aun así, algunos temas no quedan colocados o no aparecen. Nos referimos, por ejemplo, a que pasa con ese ejercito de uruguayo/as que no puede jubilarse, que no es parte de la “formalidad”, no porque no quiera, sino porque el mercado empuja a que hay que meter mano a lo que fuera y esto es aprovechado por alguno/as empresas. Que pasa con quienes trabajando toda la vida no aportaron, con quienes desempeñaron tareas no reconocidas como laborales a pesar de que sabemos son laborales. Que pasa también con los que llegan a jubilarse, si acaso con lo mínimo, que no alcanza ni para pensión. Por qué entonces la jubilación se coloca como solamente un tema vinculado al monto económico percibido y no a otras cosas que están garantizadas ni más ni menos que en la constitución, como la vivienda. Estuve en varios barrios, donde la calculadora para saber nos jubilábamos con más o con menos, ni siquiera funcionaba, porque no había años para colocar.

Otro ejemplo de lo inicial, tiene que ver con la decisión de Secundaria de sacar un Director de liceo bajo el titulo insubordinación! Pensar en esta lógica, es pensar en una cadena de autoritarismo vinculado a un tipo de mando que puede generar que alguien de no se subordina.

Quien debiera estar en el foco, a quien deberíamos pedirle la renuncia popular es la directora de secundaria, quien a parte mintió con su título y por si poco fuera interpretó los buenos resultados en un departamento a cuestiones “genéticas” de los estudiantes.  Nada más que agregar.

El caso es que, dentro de este proceso de desvinculación y sumario a un director de liceo que es acusado de dialogar con estudiantes, se estremece en la sociedad un ruido atroz que es abalado por el gobierno.  No hay lógica de asumir que otro piense distinto, no hay lógica de pensar que en el dialogo también hay espacio para construir y gestionar un centro de estudio. No hay espacio para que los propios actores docentes actúen en función de las competencias que pretenden que adquieran los estudiantes, como pensamiento crítico y autonomía. Siempre es preferible un director que este del lado de los estudiantes y sus derechos, del lado de los estudiantes y sus intenciones de ser protagonistas de la historia y del futuro. Siempre es preferible un director nos muestre que nuestra intención es luchar por una educación que nos enseñe a pensar y no a obedecer.

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