Los jóvenes primero: Lecciones de lo sucedido en el IAVA

Estudiantes del IAVA realizan sentada
Estudiantes del IAVA realizan sentada Foto: Mediared

Los hechos que acontecieron hace un par de semanas en el IAVA nos dejan lecciones a todos y todas. La forma en que aconteció la respuesta del gobierno deja un sabor amargo respecto a lo poco que se entiende acerca de la participación juvenil en democracia, de las acciones colectivas y de lo que podemos hacer para apoyar a los jóvenes, en vez de reprimir su participación. 

Como se dijo por ahí, no se trata de que unos conozcan más o menos de lo que pasa en los centros educativos por el caso de que hayan ido a una enseñanza privada o pública. El foco de la discusión es más de fondo y es que no podemos ni reprimir ni coartar la participación de los jóvenes en política.

La participación democrática debe ser promovida entre nuestros jóvenes y no sufrir de las amenazas que sufrieron por diversas vías. 

Un capítulo aparte de análisis merece lo sucedido con los discursos de odio que se desplegaron después en contra de los líderes de esta movida juvenil en redes sociales. 

¿En serio eso es lo que estamos buscando para nuestra sociedad? ¿Ser un país que recrimina y bloquea la participación de los jóvenes? Más allá de las sanciones a las que se llegó en contra del Director del IAVA y del famoso salón de la discordia que dio origen al conflicto, tenemos que hacer preguntas más de fondo ¿Cómo estamos garantizando la libre participación de los jóvenes en democracia e invitarlos a ser parte de la misma? 

La Nicaragua y la Venezuela actual no llegaron a ser eso de un día para otro, sino que fue producto del cierre de espacios cívicos y de la erosión de la libertad ciudadana de poder participar. Es por eso que estas pequeñas señales de autoritarismo encienden las alarmas y deben llamar la atención de todos los actores políticos y sociales.

Si bien el Estudio Latino barómetro más reciente indicó que el 74% de la población apoya a la democracia, eso no conlleva que existan fuertes tensiones que debemos considerar y que nos tiene que llamar la atención. 

Es deber de todo el sistema político comprometernos en cuidar que las y los jóvenes puedan ejercer su participación ciudadana sin ningún tipo de represión y con total libertad. Esa es la base de construcción de la democracia de presente y de futuro. ¡Y los precisamos! Si no fuese por los jóvenes movimientos tan importantes como el de las y los ambientalistas, el movimiento de la diversidad, la lucha por conquistas sociales y libertades civiles como el Movimiento No a La Baja del 2014, no hubiesen existido en nuestro país. 

Por eso no hay que dejar pasar por alto las derivas autoritarias que quieran frenar la libre expresión de los jóvenes de nuestro país. No nos pongamos graves y comprendamos que tal como decía Allende, ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica. Sí a la participación de nuestros jóvenes. 

Andres Lima

Intendente de Salto

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