Lupus: una enfermedad del sistema inmune que no tiene cura

El síntoma más distintivo del lupus es una erupción en el rostro parecida a alas abiertas de una mariposa

El lupus es una enfermedad del sistema inmune que ataca los tejidos y órganos propios del individuo. Esta reacción autoinmune puede provocar inflamación en diversas partes del cuerpo como articulaciones, piel, riñones, células sanguíneas, cerebro, corazón y pulmones. Debido a que sus síntomas suelen confundirse con los de otras patologías, muchas veces resulta difícil diagnosticar el lupus.

Uno de sus indicadores más característicos es una erupción facial que recuerda a las “alas de una mariposa” y que cubre ambas mejillas, aunque no aparece en todos los pacientes. Algunos factores genéticos pueden predisponer a ciertas personas a desarrollar lupus, así como infecciones, medicamentos específicos o la exposición solar.

Otra de las particularidades de esta enfermedad es que no hay dos casos de lupus exactamente iguales. Los signos y síntomas pueden ser repentinos o desarrollarse paulatinamente, ser leves o intensos, y con una variación diferente en el tiempo. Las personas con lupus tienen una enfermedad leve que se caracteriza por tener episodios, los llamados “brotes”, en los que los signos y síntomas empeoran durante un tiempo, mejoran o incluso desaparecen durante una época.

Como enfermedad autoinmunitaria, el lupus aparece cuando el sistema inmunitario ataca el tejido sano del cuerpo. Aparentemente, las personas que tienen una predisposición hereditaria para contraer lupus podrían desarrollar esa enfermedad al entrar en contacto con algo en el entorno que pueda desencadenarlo.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, se desconoce la causa del lupus. Algunos posibles desencadenantes son los siguientes: exposición excesiva a la luz solar, la existencia de una infección, determinados tipos de medicamentos para la presión arterial, las convulsiones y antibióticos también pueden activar la enfermedad. Las personas que tienen lupus inducido por medicamentos generalmente mejoran cuando los suspenden.

Los síntomas de lupus dependen de las partes del cuerpo que se ven afectadas por la enfermedad y los más comunes incluyen los siguientes: fatiga, fiebre, dolor articular, rigidez e hinchazón, falta de aire, dolor en el pecho, ojos secos, dolor de cabeza, desorientación y pérdida de memoria

También se nota una erupción en forma de mariposa en el rostro que puede abarcar las mejillas y el puente de la nariz o erupción en el resto del cuerpo, lesiones que aparecen en la piel o que empeoran con la exposición al sol, los dedos de los pies y de las manos que se vuelven blancos o azules cuando se exponen al frío o durante situaciones estresantes.

No existe una cura para el lupus, pero algunos medicamentos y cambios en el estilo de vida pueden ayudar a controlarlo. Los objetivos del tratamiento son evitar los brotes, ocuparse de los síntomas cuando aparezcan e intentar reducir el daño a los órganos y otros problemas.

Los tratamientos pueden incluir medicamentos para reducir la inflamación y el dolor, reducir los brotes, ayudar al sistema inmunitario, prevenir el daño a las articulaciones e intentar equilibrar las hormonas. Los médicos recomiendan realizar visitas periódicas a los especialistas para evitar este tipo de enfermedades.

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