A menos de una semana de su paso por Lollapalooza Argentina, que se celebró en el Hipódromo de San Isidro, Taylor Hawkins, baterista de Foo Fighters, fue hallado muerto el viernes por la noche, a los 50 años, en un hotel de Bogotá, Colombia, en donde el grupo se encontraba para participar del Festival Estéreo Picnic.
La noticia fue dada a conocer a través de un mensaje en la cuenta oficial del grupo que dice: «La familia Foo Fighters está devastada por la trágica y prematura pérdida de nuestro amado Taylor Hawkins. Su espíritu musical y risa contagiosa vivirá con todos nosotros por siempre».
«Nuestros corazones están con su esposa, hijos y familia, y pedimos que su privacidad sea tratada con máximo respeto en este inimaginable difícil momento», concluye el texto.
Según las primeras versiones recogidas por el diario colombiano El Tiempo, Hawkins presentó un dolor en el pecho y el personal del hotel llamó al servicio de urgencias, pero cuando llegaron los médicos en la ambulancia, el músico ya había muerto.
El reporte preliminar de la Policía señaló que «la causa de la muerte se encuentra por establecer» y que, «de acuerdo con versiones de allegados, el deceso podría estar asociado al consumo de sustancias estupefacientes».
Esa versión de la posible sobredosis como causa de la muerte de Hawkins no fue confirmada por ninguna autoridad médica hasta el momento y los resultados de las pruebas forenses dictaminarán las causas reales del deceso del baterista de Foo Fighters.