La maître de ballet Ramona de Saá Bello, una de las más importantes figuras de la danza cubana, ha fallecido a los 84 años en La Habana.
Fue una de las más destacadas discípulas de Alicia y Fernando Alonso y devino ella misma principal formadora de muchos de los más reconocidos bailarines cubanos del último medio siglo.
Directora de la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso, sus aportes a la concreción del método cubano en la enseñanza son inestimables. Ella fue siempre uno de los principales referentes de la pedagogía de su arte. Cuba la reconoció con los premios nacionales de Danza (2006) y Enseñanza Artística (2002), los más altos galardones por la obra de la vida en esos dos ámbitos.
Junto a su hermana Margarita de Saá, y las conocidas como cuatro joyas del ballet cubano (Mirta Pla, Josefina Méndez, Loipa Araujo y Aurora Bosch), integró el grupo esencial de bailarinas que acompañaron a los Alonso en la refundación del Ballet Nacional de Cuba después del triunfo de la Revolución. Pronto debió abandonar su carrera como bailarina, por serias lesiones. Se consagró entonces a la enseñanza.
Primero como maestra de la Escuela que fundó junto a Fernando, posteriormente como su directora. Durante décadas desarrolló una labor que contribuyó sustantivamente al llamado ‘milagro del ballet cubano’: la consolidación de una auténtica escuela reconocida internacionalmente.