Algunas cosas nos dan los años y no me animo a decir si son buenas o malas, solo puedo afirmar que las mismas suceden y lo hacen sin nuestro permiso. Una de ellas es que cuando se llega a cierta edad, se puede hablar de algo que aconteció hace medio siglo y afirmar, sin mas crédito que esto, yo viví ese momento.
Digo esto porque no me ha resultado fácil y me sucede cada vez que pienso en el golpe de Estado y la Dictadura Militar, apartarme de aquel niño y luego aquel muchacho que fui y que por lo mismo percibió aquella realidad con un nivel de desconcierto, producto a la vez, de la juventud, la inocencia y la carencia de información propia de aquellos años.
Se supone que a estas alturas poco queda de aquel muchacho y mucho menos aún de aquella inocencia que lo caracterizaba. Pero aquellas impresiones quedaron allí y vuelvo una y otra vez a ellas como si fuera ayer al recordar ese pasado, cercano desde el punto de vista histórico y lejano desde el punto de vista personal y no solo por el tiempo sino por el tipo de impresiones que en mi dejaron, las cuales hoy es imposible que se generen con esas características, pues algunos de los ingredientes que las producían, ya no existen.
Mucho se debatió sobre este tema, sus causas, sus consecuencias, los motivos nacionales e internacionales que llevaron a este desenlace. También muchos libros fueron escritos, algunos de los cuales pude leer, narrando de manera clara y precisa todo lo acontecido en ese triste momento de nuestra historia.
Después de decir esto parece bastante claro que desde ese punto de vista, no es que quede poco por decir, pero si me animo a afirmar que poco yo tendría para aportar. No intento ir por este camino y no es por falta de voluntad. Hoy tenemos gracias a la tecnología, datos de todo lo que podamos pedir y podría intentar aportar algo por ese lado, tal vez me equivoque pero he resuelto hablar de algunos de los libros que nunca leyó nadie, que son muchos y que hablan de la vida de mucha gente, de toda la gente. Estos libros nunca fueron leídos, porque nunca fueron escritos y uno de ellos en un capítulo habla de mi vida en la época del Golpe de Estado y la Dictadura Militar.
Pero aunque no me crean esos libros existen, son los libros de la vida de la gente común, no tienen tapas ni carátulas, ni prólogo, ni editor, pero andan por allí, por todos lados.
Un niño de menos de nueve años un día escuchó que hablaban de militares y de algo que había sucedido, era grave no había dudas, pero que era aquello no pudo saberlo. No tengo claro si es que no preguntó o las respuestas no fueron tan contundentes como para quedar impresas luego de 50 años.
Todo era raro visto desde el hoy, pero desde aquel ayer hasta el ingreso al Liceo, todo normal. Solo una vez escuchó hablar a una prima «mal del Gobierno», siendo fuertemente reprimida por su madre es decir, mi tía. Lo que siempre me quedó en el recuerdo de aquel evento, es que no fue reprimida por lo que dijo, lo cual no se si era compartido o no por el resto de quienes allí estaban, sino porque: «No sabes que te pueden escuchar».
Luego adolescente en el Liceo, ya la Dictadura había cumplido su objetivo y nadie hablaba de lo que no sabía o de lo que se sabía no se podía hablar.
La casualidad lleva a que tenga a un amigo que un día me entero tiene a su padre preso y me dice que el motivo es que es un preso político. Nunca mas hablamos del tema. Mas tarde por allá por el año 83 ya se da una especie de apertura y para el año 84 comienzo mi militancia política y todo un mundo nuevo se abre, el cual hasta hoy intento descifrar.
Porqué este relato viene siempre a mi memoria y casi de la mismo forma, es una pregunta que siempre me he hecho y la respuesta que me doy es siempre la misma. No tuve que padecer la tortura, la desaparición ni el exilio mio ni de mis familiares y por lo mismo no puedo negar que fui afortunado. Sin embargo no puedo dejar de reconocer que cuando recuerdo esa época me embarga una sensación de profunda impotencia al recordar que con 20 años no sabía que era vivir en democracia. No es cierto que 20 años no es nada, lo es sobre todo si hablamos de la etapa de formación de las personas y nosostros éramos lo que tenían intención de formar, personas que no pudieran discutir ni pensar para crear el producto deseado que es el ser humano sometido y sin esperanza.
Por eso recordar esta fecha no debe de ser solo cada 50 años, no debe ser solo los 27 de junio, debe ser todos los dias defendiendo la Democracia en la que vivimos,con nuestras acciones, las mas importantes, las mas nobles y las mas cotidianas. » Lo que se ha hecho no se puede deshacer, pero se puede evitar que ocurra de nuevo.» Ana Frank