«Rusia no está interesada en un enfrentamiento directo con EEUU y la OTAN»

Entrevista del Viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, con la agencia de noticias Rossiya Segodnya en relación con el próximo 60 aniversario de la Crisis de los Misiles.

"Advertimos y esperamos que Washington y otras capitales occidentales se den cuenta del peligro de una escalada incontrolada".

Pregunta: Anteriormente, en Moscú se decía que la diferencia fundamental entre la Crisis de los Misiles y la tensión actual en las relaciones de Rusia y EEUU consiste en que en aquel momento hubo un canal confidencial de confianza entre los líderes de las dos potencias. Y en la coyuntura actual, ¿hay posibilidades de crear un canal de comunicación similar? ¿Y en qué medida son eficaces las actuales formas de comunicación para impedir que la Crisis de los Misiles se repita?

Serguéi Riabkov: No es ningún secreto que las relaciones ruso-estadounidenses se encuentran en un estado extremadamente deplorable, a un nivel comparable con los momentos más tensos de la guerra fría. Al mismo tiempo, el problema principal en la etapa actual es que los estadounidenses pisotearon el Derecho Internacional y los tabúes absolutos en la actividad diplomática. Contrariamente a las realidades geopolíticas, tanto en la época de la Crisis de los Misiles, como ahora, EEUU trata de «aplastar» con su peso a todos los demás, obligándoles a vivir de conformidad con sus presuntas «reglas» que son beneficiosas solo para ellos.

Las élites estadounidenses con ánimos rusófobos piensan irracionalmente, empujando a las autoridades de EEUU a una confrontación abierta con Rusia y a incrementar de forma irresponsable de la tensión internacional.

¿Es posible romper este «círculo vicioso» de escalada? Claro que sí. Para avanzar Washington necesita analizar seriamente los errores, abandonar las aspiraciones a dominar en todo el mundo en el paradigma del pensamiento unipolar. También valdría la pena sacar las conclusiones correctas de los fracasos de sus intentos de injerirse en nuestros asuntos internos y corregir su comportamiento.

Entendemos que para EEUU es difícil y doloroso darse cuenta de una nueva distribución de fuerzas en el mundo. Pero cuanto antes comiencen a tener en cuenta la realidad geopolítica actual, menos ensartarán tonterías en el proceso actual de formación de un mundo multipolar justo.

La actual administración estadounidense se aisló de Rusia introduciendo cada vez nuevas sanciones que se declaran como «paralizantes» o «infernales», pero, en general, no funcionan. No logran «romper en pedazos» nuestra economía, que resiste firmemente el ataque. Los intentos de formar una coalición internacional antirrusa más amplia que la alianza tradicional de EEUU y sus vasallos fracasaron también. Esto hace vacilar a Washington que no puede decidir si es necesario hablar con Moscú o tomar una pose, renunciando al diálogo directo hasta que «cambie de comportamiento».

Nosotros no renunciamos a los contactos. Partimos de que siempre es mejor hablar que no hablar. Pero tal comunicación debe basarse en el respeto mutuo y la toma en consideración de los intereses recíprocos.

Pregunta: ¿Dónde está hoy la «línea roja» para Rusia, detrás de la cual puede comenzar una escalada nuclear con la participación de Rusia y los Estados Unidos?

Serguéi Riabkov: En el contexto de lo que ocurre en Ucrania EEUU y los Estados que dependen de EEUU utilizan activamente la retórica nuclear. Tratan de presentar la situación como si nuestro país estuviera preparándose para asestar golpes con armas de destrucción masiva. Es necesario aclarar de nuevo que Rusia no amenaza a nadie con el uso de armas nucleares. En los Fundamentos de la política estatal de la Federación de Rusia en el ámbito de disuasión nuclear se definen claramente las condiciones de su uso: la llegada de una información fidedigna sobre el lanzamiento de misiles balísticos dirigidos contra el territorio de Rusia o sus aliados; el uso de armas nucleares u otros tipos de armas de destrucción masiva en el territorio de Rusia y sus aliados; un ataque del enemigo contra la infraestructura estatal o militar crítica, cuya desactivación provocará un fallo de la respuesta de las fuerzas nucleares; la agresión contra Rusia con el uso de armas convencionales, cuando la existencia misma del Estado esté bajo amenaza.

Es evidente que Rusia no está interesada en un enfrentamiento directo con EEUU y la OTAN. Advertimos y esperamos que Washington y otras capitales occidentales se den cuenta del peligro de una escalada incontrolada.

Lamentamos señalar que la continua ayuda a gran escala a Kiev, el entrenamiento de los efectivos de las unidades armadas de Ucrania en el territorio de los países de la alianza, el suministro de la información de inteligencia, imágenes satelitales en tiempo real hasta el establecimiento de blancos para ataques de artillería y la planificación de operaciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania están involucrando cada vez más a los países occidentales en el conflicto del lado del régimen de Kiev. Los líderes de diferentes niveles en EEUU y en Europa exhortan a «derrotar» a nuestro país «en el campo de batalla». Rusia se verá obligada a tomar contramedidas adecuadas, inclusive asimétricas.

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