Sanciones: una bendición disfrazada

(no hay mal que por bien no salga)

La inevitable adaptación a las nuevas realidades geopolíticas abre nuevas oportunidades para que Rusia y los países miembros de la Comunidad de Estados Independientes cambien radicalmente el paradigma económico a través de reformas estructurales, reduciendo la dependencia de los mercados occidentales de bienes, capital y tecnología.

La crisis ucraniana puede reportar beneficios a varias exrepúblicas soviéticas. El incremento de los precios de los metales y los productos energéticos en los mercados mundiales ha impulsado los ingresos de Kazajstán, Azerbaiyán y Tayikistán, centrados en la exportación de materias primas. La retirada de empresas occidentales del mercado ruso abre oportunidades para aumentar las exportaciones a Rusia de bienes de los países de la CEI y la UEEA, principalmente productos agrícolas, bienes de consumo y artículos para el hogar. Las pérdidas de algunos países de la CEI en el sector logístico se compensarán con la redistribución de los flujos de tráfico a medida que se vayan creando nuevos centros de transporte..

Nuestro país puede seguir utilizando sus estrechos vínculos con los países de la CEI para eludir las sanciones occidentales. En particular, Rusia puede comprar bienes sancionados en Occidente, a través de los estados miembros de la UEEA. Un uso más amplio de la moneda nacional rusa en los acuerdos con los países de la Unión Económica Euroasiática reducirá significativamente la carga sobre el mercado de divisas nacional. Se ha hecho posible construir nuevas rutas de transporte con los estados de Asia meridional y el Golfo Pérsico a través de Irán e India.

Se ha iniciado el proceso de adopción de programas integrales para reducir el impacto negativo de las sanciones tanto a nivel nacional como supranacional. Ya se está trabajando en medidas contra las sanciones en Rusia, Kazajstán, Belarús y Kirguistán. La coordinación de estas medidas a nivel de la UEEA aumentará la eficacia de la política económica y reducirá la probabilidad de conflictos comerciales, monetarios y de otro tipo dentro de la asociación de integración.

En Rusia ya se están notando las medidas adoptadas para llevar a cabo una serie de transformaciones estructurales, lo que conduce a una mayor adaptación a las nuevas realidades, reduce la dependencia de los mercados tecnológicos y financieros occidentales,un cambio de énfasis hacia la expansión de la demanda interna y la sustitución de importaciones, así como abandonar el modelo de desarrollo económico basado en materias primas en favor de las innovaciones y la introducción de nuevas tecnologías avanzadas.

En el futuro, estamos seguros de que se pondrá más énfasis en la transición al cálculo del rublo para las mercancías en las que Rusia tiene la posición de proveedor tradicionalmente predominante. Ampliar el área de aplicación del rublo para servir intercambios comerciales y económicos en monedas nacionales en un formato bilateral con los BRICS, RIC, OCS y, posiblemente, varios países de la ASEAN también se convertiráen un vector importante de la actividad económica exterior de Rusia. La formación del rublo como moneda de reserva regional y el fortalecimiento de sus posiciones se verán facilitados por un curso consistente hacia la transferencia y expansión de la zona de operaciones de comercio exterior tanto en términos de la gama de bienes como en la lista de países contraparte.

En el proceso de formación de un nuevo orden mundial, incluso teniendo en cuenta los resultados de la operación en Ucrania, Rusia puede tener buenas posibilidades de ganar un mayor peso político y, como resultado, económico en el mundo, así como fortalecer sus posiciones en el diálogo sobre los problemas del sistema de seguridad global.

Un paso importante, aunque forzado, fue la decisión del presidente ruso de transferir a rublos los pagos por el suministro de gas a países hostiles y su instrucción al gobierno ruso, al Banco Central y a Gazprom de implementar medidas para cambiar la moneda de pago antes del 31 de marzo de este año. Esta decisión tiene graves consecuencias financieras y económicas y, obviamente, políticas. El presidente Vladimir Putin, quien anunció en su discurso la introducción de esta, en esencia, primera medida de represalia contra países hostiles, señaló que cambiar gas por rublos es solo el primer paso. Hoy ya está claro que, a pesar de la primera reacción de los EE. UU. y la UE, este paso esencialmente pone a los oponentes de Rusia en una posición muy difícil.

La implementación de esta línea no será fácil y llevará algún tiempo. Sin embargo, varios países ya han declarado su disposición a pasar a los nuevos estándares. En cuanto a otros estados, incluidos aquellos que actúan de manera más agresiva y hostil contra Rusia, sus acciones en este asunto estarán determinadas en última instancia no solo por factores políticos, sino también socioeconómicos.

De vital importancia para consolidar su posición como una de las principales superpotencias del mundo será la capacidad de Rusia para respaldar sus argumentos políticos y técnico-militares con resultados positivos en el fortalecimiento de su estatus económico. En este contexto, la necesidad de acelerar los procesos de desarrollo económico y tecnológico del país se convierte en la principal tarea para el liderazgo ruso.

El éxito de esta política determinará no solo el papel de nuestro país en el mundo, su interacción con los principales oponentes y los países-socios, como China e India, sino también la posición de nuestro país en las globales asociaciones internacionales y regionales.

(*) Vicerrector de la Academia Diplomática del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia

(**) Vicerrector de la Academia Diplomática del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia

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