Seguridad vial y responsabilidad civil

Una deuda pendiente en Uruguay.

En Uruguay, hablar de seguridad vial se ha vuelto casi un ejercicio rutinario. Las campañas se repiten, los carteles se multiplican y los discursos oficiales apelan, una y otra vez, a la prudencia de los conductores. Sin embargo, las cifras de siniestralidad permanecen tercamente altas, con más de 400 muertes anuales y miles de lesionados que dejan secuelas físicas, psicológicas y económicas irreparables. El problema ya no radica solo en la falta de controles o en el estado de las rutas; es un asunto cultural y ético que exige repensar el concepto de responsabilidad civil como pilar de convivencia.

La seguridad vial no puede reducirse a un asunto de tránsito: es una cuestión de ciudadanía. Cada persona que se sube a un vehículo —auto, moto o bicicleta— asume una cuota de poder sobre la vida ajena. Y, sin embargo, ese poder parece haberse banalizado. La naturalización del exceso de velocidad, el uso del celular al volante o la conducción bajo efectos del alcohol son síntomas de una sociedad que tolera el riesgo y que olvida que la libertad termina donde comienza el derecho del otro a llegar vivo a destino.

En este contexto, la responsabilidad civil no debería ser solo un término jurídico, sino una práctica cotidiana. Implica comprender que todo acto en la vía pública genera consecuencias, y que quien provoca un daño debe hacerse cargo, no solo por obligación legal, sino por convicción moral. La reparación material nunca será suficiente, pero su cumplimiento es un reflejo del respeto a la dignidad de las víctimas. Uruguay ha avanzado en materia normativa, pero la aplicación efectiva de las sanciones sigue siendo débil. Los procesos judiciales son lentos, las penas menores y los antecedentes muchas veces se diluyen entre trámites y omisiones.

Tampoco ayuda la fragmentación institucional. La Unidad Nacional de Seguridad Vial (UNASEV) ha cumplido un rol importante en la recopilación de datos y la promoción de políticas públicas, pero carece del peso operativo necesario para incidir en la gestión concreta. Los gobiernos departamentales, por su parte, muestran disparidades notorias en los controles, lo que genera zonas grises en la fiscalización. En Montevideo se colocan radares y cámaras; en el interior, en cambio, la señalización deficiente y la falta de inspectores son parte del paisaje cotidiano.

La educación vial, aunque incluida en los programas escolares, continúa tratándose como un tema accesorio. Sin embargo, la seguridad en las calles se construye desde la infancia, cuando se aprende que respetar una luz roja o usar casco no es un acto de sumisión, sino de responsabilidad colectiva. La formación en valores cívicos debería reforzarse con experiencias prácticas, campañas sostenidas y sanciones ejemplares. La impunidad cotidiana —desde estacionar sobre una vereda hasta cruzar en rojo— mina la autoridad moral de cualquier política pública.

Uruguay necesita un cambio de paradigma: pasar de la prevención por miedo a la sanción, a la prevención por conciencia. Ello implica, entre otras medidas, una actualización del régimen de responsabilidad civil que contemple mayores exigencias a los conductores reincidentes, la obligatoriedad de seguros más amplios y un registro público de sanciones. Pero, sobre todo, requiere voluntad política para aplicar la ley con firmeza y coherencia.

No se trata de convertir las calles en un campo de persecución, sino en un espacio donde la convivencia sea posible. La seguridad vial es un espejo del país: muestra cuánto valoramos la vida, cuánto respetamos al otro y cuánto estamos dispuestos a asumir nuestras propias consecuencias. La verdadera modernidad no pasa por tener autos más veloces o rutas más anchas, sino por construir una cultura donde la responsabilidad civil sea el motor que nos mantenga vivos.

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6 Comentarios

  1. Excelente artículo este de la señora Amalia Plachot. Lo más positivo es que hay personas que ven con claridad diáfana y dejan al descubierto no ya las todavía exisrentes flaquezas de un sustema sino la actitud de un oueblo que parece resistirse cada vez más a un elemento fundamental en cualquier sociedad de cobvivencia urbana: el respeto.
    Creemos que está siendo hora de aplicar el viejo principio de que «dura lex sed lex».
    Luego de apelar por innúmeros años a la «conciencia» de los usuarios de la vía pública, podemos concluir y de acuerdo a las estadísticas mencionadas en el artículo, que el período de «infancia y aprendizaje» en cuestiones de tránsito pues ya ha pasado con creces.
    No podemos tolerar que estén en período escolar gente que ya se afeita o usa lápiz de labios, todos muy creciditos para usar túnica y moña.
    Esa intolerancia se justifica con la abundancia de información mediática y la esrructura de señalización existente.
    En otros lares la burocracia ha sido sustituida por la automatización. Quien pasó una luz roja o no paró en una cebra pues recibirá en su recibo de pago de patente el monto agregado correspondiente a la multa. Y hay que pagar todo. Las cámaras están en todos lados, no se detiene a nadie, al final la patente y la foto cumplen su cometido.
    Eso es, claro, parte de un sistema de registro automotriz completo, donde el «te vendo el coche y lugo hacemos la transfeeencia» pues no existe. Un número de matrícula permite identificar al dueño legal y responsable del vehículo. El resto es ilegal e implica penas de confiscación del automotor y en caso de accidente fatal, pena con prisión. Pero bueno, eso es tema de otra conversación.
    Lo primordial es que de alguna manera se «eduque» a los usuarios de la vía pública, y si de alguna manera las normas estrictas esa educación no dan resultado, pues a sufrir las consecuencias
    Así que, Uruguay despierta!
    Respeta la calle y la calle te respetará a ti.

  2. La educación vial debe estar en los Programas de Primaria y Secundaria así como la Prevención de incendios En los Centros Juveniles del INAU se dan instrucciones a los chicos para el manejo de birrodados De cualquier manera se deberían exigir más requisitos por las Intendencias para el manejo de motos

  3. Todo un saludo a la bandera. En el tránsito hay factores pulsionales que son como las drogas, sexo, hambre y sed, .uy poco controlables a lo que se suma la insensibilidad a la velocidad que ofrecen los nuevos vehículos en particular los eléctricos. Por otro lado el postmodernismo generador de individualismo y la falta de respeto o conciencia por el otro hacen del tránsito una selva caótica regida por la suerte. No hay controles en la mayoría de los lugares. La multa enseña y duele en el bolsillo aunque sea un rico. La presencia de inspectores y policías en el tránsito de por si lo modera. Si no coimean claro.

    • Bla, bla, bla. PURO HUMO. Mientras que los organismos que se supone se ocupen de la seguridad en el tránsito, (léase Intendencia Municipal, UNASEV o MTOP), estén regidos por acomodados políticos y no por profesionales de la conducción continuarán los accidentes con los resultados conocidos por todos.

  4. CUALQUIER PAIS QUE SE PIENSE DESARROLLADO, NO CONTEMPLA QUE EL QUE MULTA SEA EL MISMO QUE LUEGO RECIBE EL RECLAMO Y JUZGA……. LA INMENSA MAYORIA DE LOS INSPECTORES, VIVEN Y LUCRAN DE LAS MULTAS QUE APLICAN, VEASE QUE CERCA DE LAS FIESTAS ETC. HAY MAS «CAZADORES» EN LAS CALLES Y SIEMPRE DE A DOS…. ¿POR QUE DE A 2) PORQUE SABEN BIEN QUE COMETEN ACTOS REÑIDOS CON LAS REGLAS, NI HABLAR DE LA MORAL………PERO ESTO QUE DESCRIBO ES EL FINAL DE LA ETAPA, ANTES Y YA EN ESCUELAS SE DEBE ENSEÑAR A LOS ESCOLARES LAS REGLAS DEL TRANSITO…. LUEGO HACER Y EJECUTAR EL PLAN DE IR DANDO LAS LIBRETAS A PARTIR DE UN PROCESO DE CONDUCCION. ESO EXACTAMENTE ESO SE HACE POR EJEMPLO EN CANADA Y ETC. EL 1er AÑO SOLO CIRCULAR DESDE MEDIA MAÑANA, HASTA LA TARDECITA, EL 2ª UN POCO ANTES Y UN POCO DESPUES, AUN NO SE LE PERMITE IR A ZONAS DE MUCHO TRAFICO, EL 3º SIEMPRE QUE HAYA CUMPLIDO Y NO TENGA OBSERVACIONES PUEDE EMPEZAR A IR AL «CENTRO» PERO A SITIOS CON «VALET PARKING » RECIEN EN EL 4ª PUEDE CIRCULAR SOLO… PERO NO POR CARRETERAS. ETC. ESO OCURRE AL 5ª PERO TIENE QUE IR CON EL CONDUCTOR UNA PERSONA QUE YA TENGA LIBRETA PARA ESAS CIRCUNSTANCIAS…. AL 6º PUEDE IR SOLO…… AQUI EN EL URUGUAY SI EL INSPECTOR ESTA BIEN «ACEITADO» LUEGO DE 20 O 25 DIAS DE ACADEMIA SE PUEDE IR A CUALQUIER PARTE DEL PAIS, MANEJANDO SOLO ETC. ETC. ETC. EL INCREMENTO DE VEHÍCULOS HA SIDO EXPONENCIAL….. Y EL SISTEMA SOLO MULTA POR MOTIVOS MAYORMENTE ESPURIOS……..Y ASI SIGUE EL BAILE.

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