El evento, que contó con la presencia de miembros del cuerpo diplomático acreditado en el país, funcionarios de cancillería y Correo Uruguayo así como representantes de la comunidad panameña residente, tuvo como acto central la develación de un sello conmemorativo emitido por el Correo Uruguayo para celebrar los 120 años de este vínculo bilateral.
La ceremonia estuvo presidida por la Embajadora de Panamá en Uruguay, María Gabriela Méndez Altamirano, y el Presidente del Correo Uruguayo, Sr. Gabriel Bonfrisco. El ambiente fue de cordialidad y reflejo de una historia compartida que, según se destacó durante los discursos, se ha construido con base en principios mutuos y un camino común recorrido durante más de un siglo.
El sello conmemorativo se erigió como el elemento tangible de esta celebración. En el mundo de la diplomacia y las relaciones internacionales, la filatelia ha funcionado históricamente como un gesto de cortesía y un registro permanente de los lazos entre naciones. La emisión de este sello no es solo un acto administrativo, sino un reconocimiento a la solidez de una relación que ha trascendido gobiernos y contextos históricos variables.
Durante su intervención, la Embajadora Méndez Altamirano se refirió a este gesto como una huella simbólica que representa cómo la diplomacia también puede ejercerse con humildad y cercanía. Subrayó que, a lo largo de estos 120 años, Uruguay y Panamá han caminado juntos, en medio de esperanza y desafíos, apuntalando su relación en pilares fundamentales como la justicia social, la democracia y la igualdad. Estos valores, según la diplomática, han servido como brújula para la cooperación bilateral.
Por su parte, el Sr. Bonfrisco destacó el rol del correo como una institución que, desde sus orígenes, ha estado intrínsecamente ligada a la conexión entre personas y pueblos. La decisión de emitir un sello conmemorativo se enmarca en esta tradición, utilizando un medio clásico, pero perdurable para dejar constancia de un hito significativo en la relación binacional.
Más allá del simbolismo, la conmemoración sirvió como plataforma para proyectar la relación hacia el futuro, con un enfoque puesto en áreas de cooperación concretas. La Embajadora Méndez Altamirano dedicó una parte importante de su discurso a destacar los aspectos culturales y turísticos como ejes del vínculo contemporáneo entre Panamá y Uruguay.
Hizo hincapié en la importancia del intercambio cultural como herramienta para el conocimiento mutuo y el fortalecimiento de los lazos. Este intercambio, señaló, no se limita a eventos esporádicos, sino que debe fomentarse de manera continua para enriquecer el diálogo entre ambas sociedades.
En cuanto al turismo, se realizó una presentación de los atractivos de Panamá, posicionándose como un destino de interés para el mercado uruguayo. Además, no se limitó a mostrar el Canal de Panamá, icono mundial del país, sino que ejemplificó con la diversidad de la oferta panameña: desde la biodiversidad de sus parques naturales y la riqueza de sus costas tanto en el Caribe como en el Pacífico, hasta la vitalidad de su capital y la herencia histórica de su casco antiguo.
Los vínculos diplomáticos entre Uruguay y Panamá se establecieron formalmente en 1904, poco después de la independencia panameña. Desde entonces, la relación ha mantenido un curso estable, caracterizado por la coincidencia en foros multilaterales y el respeto a los marcos jurídicos de cada nación. Ambos países han encontrado en el escenario internacional posturas afines en la defensa del sistema democrático, los derechos humanos y el desarrollo sostenible.
A lo largo de las décadas, los lazos se han visto fortalecidos por acuerdos de cooperación en diversas materias y por visitas de alto nivel que han contribuido a darle un impulso político a la relación. La comunidad panameña en Uruguay, aunque no numéricamente grande, representa otro eslabón en este entramado, actuando como un puente humano entre ambas culturas.
Asimismo, la embajadora resaltó la colaboración entre ambos gobiernos en materia de formación de cadetes de la policía panameña y la armada nacional en territorio uruguayo.
El futuro de la relación entre Uruguay y Panamá parece depender de la capacidad de ambos países para seguir identificando áreas de complementariedad. El énfasis en el turismo y la cultura es un paso en un mundo donde las conexiones blandas ganan cada vez más relevancia. La tarea ahora será traducir las palabras y los símbolos en acciones concretas.






