El proyecto frustrado de la empresa Mihanovich

Visitar el complejo turístico Real de San Carlos

A comienzos del siglo pasado, un empresario argentino solicitó al Gobierno uruguayo los terrenos donde se sitúa la antigua Plaza de Toros para construirla junto a otros atractivos. Pero a raíz de una serie de decisiones de ambos Gobiernos del Río de la Plata, ese sueño tuvo una vida corta.

En 1908, el capitalista argentino Nicolás Mihanovich solicitó la concesión del Real de San Carlos con el fin de construir allí un complejo turístico o lugar de recreo para la explotación del turismo. 

La concesión le fue otorgada el 3 de junio de ese mismo año y comprendía la construcción de una gran Plaza de Toros, un Frontón de pelota de mano, Hotel, Casino, Usina Eléctrica y un Muelle para el atracadero de barcos con un balneario aprovechando las características del lugar.

Se construyó así un muelle con dos brazos paralelos, con rieles por donde circulaban pequeños vagoncitos que transportaban a los pasajeros hasta la Plaza de Toros y el Hotel, y por el otro brazo el equipaje. Esta sociedad anónima había hecho un contrato con el Gobierno por 25 años para explotar esta zona turística y a cambio debían abastecer de energía eléctrica a toda la ciudad. Pero el Gobierno argentino puso un impuesto para las personas que viajaban a ciudades que tenían Casino y el uruguayo prohibió las fiestas taurinas, lo que llevó al declive del complejo.

Plaza de Toros

Los gallardos toreros Ricardo Torres (Bombita), su hermano Miguel (Bombita Chico) y el rejoneador Mogador de Cobas fueron quienes obraron sus artes en la primera corrida el 9 de enero de 1910 con toros traídos de España. Este hecho fue presenciado también por público argentino que llegó al muelle en los vapores de la misma empresa Mihanovich.

El redondel tiene un diámetro de 50 metros rodeado de dos series de gradas y una fila de palcos (con capacidad para ocho mil espectadores) y una galería de 19 metros de ancho donde se encontraban la Capilla con la Virgen del Carmen, las salas de juego y el restaurante. Todo esto descansa sobre una gran armazón de hierro que fue traída de Inglaterra y tiene características similares a las estaciones ferroviarias de dicho país. El bloque de hormigón utilizado fue fabricado con material de la zona.

La entrada principal conducía directo por la escalera al Palco Oficial y debajo de este se ubicaba la Banda. La entrada opuesta era el acceso de los toros. Su estilo “morisco español” alcanzo su cumbre en la armonía de las proporciones y los espacios.

En total las corridas fueron ocho. La última se realizó el 27 de marzo de 1910 cuando por decreto del Gobierno de José Batlle y Ordóñez se prohibió este sangriento espectáculo. Se dice también que fue uno de los escenarios donde cantó Carlos Gardel.

El edificio pasó a pertenecer a la Intendencia de Colonia en el año 1943 y 33 años después fue declarado Monumento Histórico Nacional. A su vez, en 1997 fue intervenida para consolidar sus muros.

En 2018, la Intendencia abrió un llamado a licitación para su restauración, convenio que se firmó un año más tarde. Vale recordar que desde hace varios años no se permitía el acceso al público a la misma dado que poseía peligro de derrumbe. En la actualidad, el lugar se puede visitar en lo que la comuna ha denominado “Abierto por obras”.

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