Las terapias de visualización son técnicas de relajación que, a menudo, se utilizan también en las meditaciones. Una de sus modalidades es la terapia de visualización creativa, que se refiere al proceso por el que una persona genera y procesa imágenes mentales específicas.
Al ser una técnica cognitiva, que implica a nuestros procesos de pensamiento, se debe utilizar la imaginación para crear imágenes mentales positivas de algo que deseamos alcanzar en nuestra vida, ya sea personal o profesional. Al utilizar esta técnica, nos puede resultar más fácil organizar los recursos que necesitaremos para lograr nuestros objetivos y nuestras metas de una forma más clara y efectiva.
Los orígenes de la visualización creativa se remontan a la antigua técnica de la meditación. Se cree que los monjes budistas fueron los primeros en utilizar esta técnica, que consiste en concentrarse en una imagen mental con el fin de alcanzar lo que ellos llaman “la iluminación”. Con el paso del tiempo, esta técnica ha ido evolucionando y se ha aplicado en diferentes culturas en todo el mundo. La visualización creativa ha pasado a ser en la actualidad un método muy utilizado en la terapia psicológica.
Para que la terapia sea efectiva, la clave está en crear una imagen mental vívida, detallada y emocionalmente intensa que permite al paciente sumergirse en ella y creer que ya ha alcanzado su objetivo. Es decir, no se trata de fantasear o soñar despierto, sino de visualizar en tu mente de forma realista cómo sería lograr lo que te propones. De esta forma, estarás programando tu mente para que se enfoque en ese objetivo y empezar a trabajar para alcanzarlo.
Para que la visualización creativa funcione, es necesario que se practique con cierta regularidad.
De esta forma el cerebro la integra como una realidad posible, pero es importante recordar que no es una técnica mágica, aunque se usa en terapia y se consiguen muy buenos resultados.
Algunos de los ejemplos más utilizados pueden ser: visualizar una reunión de negocios exitosa antes de que suceda. Recuerda que cuanto más vívida y detallada sea la imagen, mejor va a funcionar; imaginar cómo dar una respuesta asertiva antes de mantener una conversación difícil con otra persona, ya sea pareja, jefe, amigo, entre otros.
Otro ejemplo es visualizar el cuerpo que deseas tener, ya sea al finalizar el proceso de adelgazamiento o ante un plan de entrenamiento que vas a iniciar. Todos estos ejemplos son una pequeña muestra del poder de la visualización creativa para hacernos sentir más seguridad, más motivación y más enfoque.
Para practicar la visualización creativa, lo primero que necesitas hacer es encontrar un lugar tranquilo y sin distracciones. Cierra los ojos y comienza a respirar profundamente, dejando que tu mente se relaje. Para que te resulte más fácil, enfócate en el aire entrando y saliendo de tu nariz. Visualiza en tu mente tus metas y objetivos, como si ya los hubieras logrado.
Trata de imaginar todos los detalles, como los sonidos, sensaciones y emociones que acompañan ese éxito.
Entre los beneficios de la terapia de visualización creativa, es que ayuda a reducir tus niveles de estrés y ansiedad; además, la visualización creativa crea una sensación de equilibrio emocional y mental, lo que puede mejorar tu capacidad para tomar decisiones y manejar situaciones difíciles.
También puede ser útil para mejorar tu rendimiento en el trabajo o en otros aspectos de tu vida, incluyendo deportes, música o cualquier otra actividad que requiera concentración y habilidad. Además, con la visualización creativa puedes ayudarte a liberar y sanar emociones, aumentar tu autoestima y confianza, y atraer relaciones positivas a tu vida. Recordemos que la imaginación no tiene que ser un “escape” de la realidad sino más bien una función que nos conecte de una forma más sana con nuestra interioridad.