La alerta de tormentas y lluvias fuertes emitida por Inumet durante el fin de semana pasado generó un 30% de cancelaciones en las reservas de hoteles, principalmente en destinos turísticos de la Costa de Oro, Punta del Este y Rocha. Aunque los fenómenos meteorológicos no se materializaron como se había previsto, el impacto en el sector turístico fue significativo, especialmente en el turismo interno.
Bari Monzeglio, secretario de la Cámara de Industria Hotelera, destacó que el clima influye de manera crucial en la toma de decisiones de los turistas, especialmente aquellos que planean escapadas de fin de semana o eligen destinos cercanos como las termas y campings. «El turismo interno es el que más se ve afectado», señaló Monzeglio, al explicar que las reservas canceladas, particularmente en esta época, no pueden ser recuperadas debido a la capacidad limitada de los hoteles.
Además, el presidente de la cámara hotelera subrayó que el único mecanismo de protección económica con el que cuentan los establecimientos es la política de cancelaciones, que en muchos casos implica tarifas no reembolsables. Sin embargo, la aplicación de estas tarifas varía según la política de cada hotel, y en muchos casos, no es suficiente para mitigar el impacto económico de las cancelaciones de última hora.
El fenómeno pone de manifiesto la vulnerabilidad del sector hotelero y turístico frente a alertas climáticas y destaca la necesidad de políticas y herramientas que ayuden a afrontar estos imprevistos y reducir las pérdidas económicas.
Uy, esto huele a mangaso, como todos los años y con todos los gobiernos. Toda excusa sirve para obtener prebendas y beneficios.