Desde el año 2001, Uruguay ha permitido la creación de Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) como un modelo de gestión para los clubes de fútbol, una decisión que marcó un cambio significativo en la estructura y funcionamiento del deporte más popular del país. Este modelo busca modernizar la administración de los clubes, atraer inversión y optimizar la gestión deportiva, pero también ha traído consigo una serie de desafíos y controversias, especialmente en lo que respecta a la transparencia y el control de las finanzas.
En los últimos tiempos, el crecimiento de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en Uruguay ha generado preocupación en el gobierno de Yamandú Orsi, especialmente en lo que respecta a los riesgos asociados con el lavado de activos.
Esta modalidad, que ha experimentado un notable incremento en el último año, ha llevado a las autoridades a prestar especial atención a cómo estas estructuras pueden ser utilizadas como mecanismos para blanquear dinero.
Ricardo Gil Iribarne, asesor de la Secretaría para la Lucha Contra el Lavado de Activos, manifestó que el gobierno está vigilando de cerca a las SAD, reconociendo su potencial para facilitar actividades ilícitas. “Es posible que una SAD, cuando se instala en cualquier país, esté aprovechando un agujero en el sistema para introducir fondos no controlados. Es probable que se utilice para lavar activos; sí, el riesgo existe, sin duda”, afirmó Gil Iribarne, subrayando la seriedad de la situación.
Gil Iribarne enfatizó que el Estado no puede permanecer indiferente ante la carencia de controles en el sector del fútbol uruguayo. “No podría pasar que capitales de ese porte entren en la economía sin que nadie controle de dónde vienen. No podría suceder, ya que se trata de una suma considerable desde el año 2009, y el riesgo de lavado es innegable”, añadió. Actualmente, Uruguay alberga 32 SAD, que incluyen clubes tanto grandes como pequeños, lo que resalta la relevancia de este fenómeno en el ámbito deportivo.
La alerta sobre el riesgo de lavado de activos en el fútbol no es reciente; en 2009, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) ya había advertido sobre este problema. Gil Iribarne detalló que las transacciones en el mercado de jugadores, debido a la falta de un mecanismo estricto para la fijación de precios, favorecen la opacidad. “Cuando los precios son excesivamente altos y no hay un factor de medición riguroso, se presta a la manipulación. Si un jugador es adquirido por 500.000 dólares y luego se vende por 15 millones, ¿quién verifica que esa cifra sea razonable?”, cuestionó, resaltando la dificultad de controlar tales transacciones.
Aunque las SAD están sujetas a ciertas obligaciones legales, Gil Iribarne denunció la falta de control efectivo sobre su cumplimiento. “Hoy, la SAD no controla a nadie”, afirmó. Además, mencionó que, aunque la ley estipula un análisis de riesgos para estas sociedades, no se ha realizado ningún trabajo significativo en este sentido: “Eso está en la ley y nada más, no se ha hecho ningún análisis del riesgo real que ha existido”.
Una de las principales inquietudes del asesor es la presencia de inversores internacionales que desembolsan grandes sumas de dinero en clubes pequeños, sin un arraigo popular o económico en el país. Según Gil Iribarne, es crucial implementar controles rigurosos antes de que las SAD se establezcan en Uruguay. “Existen controles previstos en la ley, pero ¿se están aplicando? No. Además, me pregunto: ¿quién está controlando? ¿Quién viene y establece una SAD? ¿Quién supervisa el ingreso a este mercado? Me da la sensación de que no hay muchos controles”, concluyó, poniendo de manifiesto la necesidad de una regulación más efectiva.
El panorama actual exige una revisión exhaustiva de las políticas y regulaciones relacionadas con las SAD en Uruguay. La implementación de controles rigurosos, así como la formación de un marco normativo claro, son pasos cruciales para prevenir el lavado de activos y asegurar la integridad del sector. La colaboración entre el gobierno, las instituciones financieras y los organismos deportivos es fundamental para establecer medidas que promuevan la transparencia y la legalidad en las transacciones deportivas.
Uruguay, conocido por su rica tradición futbolística, no puede permitirse el lujo de que la falta de controles y la opacidad en las transacciones desvirtúen los valores del deporte. La protección de la integridad del fútbol uruguayo y la lucha contra el lavado de activos deben ser prioridades para las autoridades, a fin de garantizar un entorno saludable y sostenible para el desarrollo del deporte en el país. La urgencia de abordar estas cuestiones no solo es vital para la comunidad futbolística, sino también para la economía nacional en su conjunto.
GRACIAS A LA LUC (LEY DEL URGENTE CURRO) PUEDEN LAVAR 100.000 POR LA FRONTERA.