Arim cuestiona la manera en que se miden los ranking universitarios a nivel mundial

El Rector de la Udelar señala que no se toman en cuanta elementos de democratización de la enseñanza.

El rector de la Universidad de la República, Rodrigo Arim, fue entrevistado por la web española Espacios de Educación Superior y manifestó, que «los rankings no miden la capacidad de democratizar el conocimiento en un contexto nacional o local».

En la entrevista el rector destacó que «el modelo de enseñanza de élite de mediados del siglo XX está superado y las universidades deben dar respuesta a la creciente demanda social de acceso a la educación superior de calidad, donde se depositan las esperanzas de familias y estudiantes. «Debemos asegurar no solo el acceso, sino también la permanencia, y debemos asegurar acceso con estándares de calidad comparables para todos», acotó

Sobre el acceso a la Universidad en Uruguay remarcó «mucho camino queda por recorrer. El siglo XXI es el siglo de la generalización y universalización de la educación superior. El modelo de enseñanza de élite de mediados del siglo XX está superado y las universidades debemos dar respuesta a la creciente demanda social de acceso a la educación superior de calidad, donde se depositan las esperanzas de familias y estudiantes. Debemos asegurar no solo el acceso, sino también la permanencia, y debemos asegurar acceso con estándares de calidad comparables para todos».

Uno de los temas centrales que se discuten a nivel global es si una universidad es mejor cuanto más se parece a las primeras clasificadas en los rankings internacionales. Antee sta pregunta Arim señaló que eso no es así y porvarias razones. «La primera y más obvia: los rankings miran ciertas dimensiones (y con ciertas métricas) del funcionamiento universitario y no otros. Por ejemplo, uno de los esfuerzos que ha hecho la universidad en los últimos años es llevar al interior del país, más allá de Montevideo, capacidades institucionales: ofertas de grado y posgrado, radicación de equipos de investigación. Estas actividades no son medidas por los rankings» sostuvo.

Acotó que «los rankings no miden capacidad de democratizar el conocimiento avanzando en un contexto particular, ya sea nacional o local».

Por otra parte indicó que «los rankings tienen formas de agregación de las dimensiones bastante arbitrarias – hay abundante literatura académica al respecto – por qué su ordenamiento no necesariamente es robusto».

Como tercer lugar, señala que «fomentan esquemas de competencia y no de colaboración entre instituciones. En los países de la región, deberíamos estar más preocupados por mejorar nuestras capacidades para compartir recursos y construir programas conjuntos que por asegurar estar por encima de otras universidades».

Arim indicó que «no obstante, los rankings son también una realidad global y un mecanismo privilegiado de validación entre actores no universitarios, en particular dentro del sistema político. Por lo tanto, con cierto desconsuelo también debo decir que las universidades no podemos estar ajenos a ellos, cosa que queda en evidencia cuando la mayor parte de las universidades crean hasta unidades especializadas vinculadas a los rankings».

Restricciones en financiación

Por otra parte se le preguntó sobre la financiación de la educación, a lo cual respondió: «Uruguay incrementó el financiamiento público a la educación desde comienzos del siglo XXI y la educación superior no fue una excepción. Sin embargo, venimos atravesando etapas de restricciones en el último lustro, que han limitado nuestra capacidad de accionar. Y, por sobre todas las cosas, la inversión en educación en el país sigue ubicándose en niveles muy inferiores a los registrados en otros países, lo que señala un atraso relativo con consecuencias importantes en el mediano y largo plazo».

Al comentar sobre cómo valora el sistema de aseguramiento del derecho a una educación de calidad de los estudiantes en Uruguay, para Arim «hay un espacio de precariedad y un debate que no se está dando con la apertura necesaria».

Agregó que «hace cuatro años, la Universidad de la República y las universidades privadas acordamos impulsar una ley que crea una agencia de acreditación de carreras nacional. El parlamento, con votos de todos los partidos políticos, aprobó la ley. Sin embargo, no se ha instrumentado la agencia y Uruguay sigue siendo uno de los pocos países sin instancias institucionales de esta naturaleza en la región».

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