En la cuenta regresiva hacia el cónclave que elegirá al próximo papa, uno de los cardenales convocados sorprendió con una declaración contundente y poco habitual en la previa de este proceso, caracterizado por la discreción. Se trata del cardenal español Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat, quien aseguró que no tiene ninguna intención de asumir el pontificado.
«No tengo absolutamente ninguna ambición. Nunca me podría imaginar en ese papel», afirmó en declaraciones a medios internacionales, y fue aún más tajante: «Si me eligen, huyo a Sicilia».
López Romero, de 72 años, es considerado un referente de las «periferias» promovidas por el papa Francisco, y sus posturas progresistas lo alinean ideológicamente con el pontífice saliente. Sin embargo, no figura entre los favoritos, y su renuncia simbólica al posible cargo sorprendió por la franqueza con la que fue expresada.
El cardenal también lanzó una crítica a quienes aspiran al papado: “Quienes lo desean están movidos por la sed de poder”, expresó, marcando distancia con las posibles maniobras internas dentro del cónclave.
A pocos días del inicio oficial de las votaciones en la Capilla Sixtina, este tipo de declaraciones públicas son inusuales y rompen con la tradición de silencio que predomina entre los purpurados antes de la elección.
Facil no debe ser la tarea Por algo el papa alemán tenunció