La tensión entre Irán e Israel alcanzó su punto más crítico en décadas tras una ola de ataques cruzados que ha dejado al menos 91 muertos y centenares de heridos en ambos países. Los bombardeos, que comenzaron el viernes y se intensificaron durante el fin de semana, incluyen ataques contra instalaciones estratégicas y civiles, elevando el temor a una guerra regional de gran escala.
La noche del sábado al domingo, misiles iraníes impactaron zonas urbanas de Israel, provocando al menos 10 muertes y más de 180 heridos. Las autoridades locales confirmaron que los ataques alcanzaron la ciudad costera de Bat Yam y Tamra, en el norte del país, donde se reportaron múltiples víctimas y graves daños estructurales.
En represalia, la aviación israelí bombardeó objetivos clave en Irán, entre ellos depósitos de combustible en Teherán, el centro nuclear de Natanz, y la Organización de Innovación e Investigación Defensiva (SPND). Fuentes oficiales iraníes reportaron la muerte de al menos 78 personas, entre ellas nueve científicos nucleares y altos mandos de los Guardianes de la Revolución.
El presidente de Irán, Masud Pezeshkian, acusó a Israel de “cruzar líneas rojas del derecho internacional” al atacar instalaciones nucleares, y prometió una respuesta “más contundente” si continúan las agresiones. Israel, por su parte, defendió los ataques como medidas preventivas para evitar el desarrollo de armas atómicas en territorio iraní.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reafirmó que su país atacará “todos los objetivos del régimen iraní”, mientras el Ejército llamó a la población iraní a evacuar zonas cercanas a centros armamentísticos.
El presidente estadounidense Donald Trump se pronunció también este domingo, advirtiendo a Irán que “cualquier ataque contra intereses de EE.UU. será respondido con toda nuestra fuerza”. Aseguró además que su gobierno “no tuvo ninguna participación” en las operaciones israelíes.
En medio del conflicto, Omán suspendió las negociaciones nucleares que estaba mediando entre Irán y Estados Unidos. Teherán había acusado a Israel de sabotear el proceso diplomático con sus ataques. A pesar del clima bélico, el ministro iraní de Relaciones Exteriores reafirmó que su país no cierra la puerta al diálogo, aunque dejó claro que no renunciarán a su programa nuclear con fines civiles.
Los rebeldes hutíes de Yemen, aliados de Irán, confirmaron haber lanzado misiles contra territorio israelí en coordinación con Teherán, ampliando el espectro del conflicto.
Mientras la comunidad internacional hace llamados urgentes a la desescalada, la situación sigue agravándose en lo que ya se perfila como uno de los enfrentamientos más peligrosos en Medio Oriente en lo que va del siglo.
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Creo que deben ser nombrados mediadores los intendentes del litoral visitantes.