La salud de las encías, muchas veces relegada frente al cuidado de los dientes, cumple un papel esencial en el bienestar general del organismo. Especialistas periodoncistas advierten que las enfermedades periodontales —como la gingivitis y la periodontitis— no solo afectan la boca, sino que también pueden tener impacto en la salud cardiovascular, metabólica y respiratoria.
La periodoncia es la rama de la odontología que se encarga del diagnóstico, prevención y tratamiento de las enfermedades que afectan los tejidos que sostienen los dientes. Cuando estos tejidos se inflaman o se destruyen por acumulación de placa bacteriana, puede producirse la pérdida progresiva del hueso y, en casos avanzados, del diente.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, más del 45% de los adultos mayores de 30 años presentan algún grado de enfermedad periodontal. En América Latina, la cifra es aún mayor debido a la falta de controles odontológicos regulares y a hábitos de higiene insuficientes.
El periodoncista no solo trata los síntomas visibles, como el sangrado o la movilidad dental, sino que busca recuperar la salud del tejido gingival mediante limpiezas profundas, terapias antimicrobianas y, en casos severos, cirugía regenerativa. La clave, sin embargo, está en la prevención: cepillarse correctamente, usar hilo dental, acudir a controles periódicos y mantener una alimentación equilibrada.
Estudios recientes demuestran una relación directa entre la periodontitis y enfermedades como la diabetes y las patologías cardíacas. La inflamación crónica de las encías puede facilitar el paso de bacterias al torrente sanguíneo, generando respuestas inflamatorias en otros órganos.
Por eso, los profesionales insisten en incorporar la salud periodontal dentro de los programas integrales de salud. “No se puede hablar de salud general sin salud bucal”, afirman los especialistas. En Uruguay, varias instituciones odontológicas impulsan campañas de educación y detección temprana, con el objetivo de promover hábitos de higiene desde edades tempranas y reducir la incidencia de enfermedades periodontales.
Cuidar las encías no es un gesto estético: es una inversión en salud. La sonrisa comienza en el tejido que la sostiene.

