Da Vila y una gran clase de música, samba y Brasil

El artista pasó por Uruguay y brindó un concierto para el recuerdo en el Auditorio Adela Reta

El cantautor, compositor y escritor brasileño Martinho Da Vila volvió a Montevideo después de cuatro años y medio, presentó el show “Sons e ritmos Do Brasil“, y una vez más brindó una lección de porqué con su extensa y prestigiosa carrera es uno de los símbolos de la música, no solo de su país, sino también a nivel internacional.

Vestido sencillo con pantalón y saco blanco, se levantó el telón de la sala Eduardo Fabini –totalmente colmado-, en el auditorio Adela Reta, y el público ya estaba aplaudiendo. Eso es trayectoria, reconocimiento e historia. Allí comenzó un concierto de 90 minutos que tuvo de todo. Emotividad, frases, risas, pero sobre todo alegría, ritmo de samba y mucho baile, algo que muchos presentes no perdieron la oportunidad de hacer durante varias canciones. 

Acompañado por seis músicos –la única mujer es Maira Freitas –hija de Da Vila, pianista y corista-, el referente del samba inició la presentación con el tema “Depois não sei”, y continuó con “Quem é do mar não enjoa” (tocando el pandeiro), en lo que fueron las primeras “pinceladas” de una noche que no dejó indiferente a nadie en ningún momento. Fue un show entretenido, alegre, que divirtió, y eso no pasa con todos los artistas. “Disritmia” y “Ex amor” son temas celebres del músico, los cuales también le pusieron color y calor al espectáculo.

Un párrafo aparte para la voz de Da Vila. Considerando que ya tiene 85 años, y que alcanzó los 55 años de carrera, su caudal vocal, a pesar de los años, se mostró intacto, siendo este también un ingrediente más a que los asistentes al show se vieran “invitados” a cantar y seguir las letras del compositor brasileño. En todo el espectáculo se le escuchó muy bien y con gran sentido del humor, y con una banda que estuvo a la altura de la historia del artista. A eso se suman los instantes en los que Da Vila ensayó pasos clásicos del samba brasileño, lo que arrancó aplausos y empujón a que la gente también quisiera bailar.

Otros éxitos que interpretó el artista nacido en Río de Janeiro fueron “Tom Maior”, «Umbanda Nossa»,»Devagar, devagarinho», “Festa de Umbanda”, “Casa de Bamba”, “Renascer das Cinzas”, “Graça divina” –cantada a capela- y “O Pequeno Burguês”.

El cierre tuvo tres clásicos que no podían faltar, y que son casi “himnos” en el repertorio y recorrido artístico de Martinho Da Vila. Uno fue “Canta canta mina gente”, canción que da nombre a un disco lanzado en el año 1974, que lo ayudó a comenzar a tener mayor fama y reconocimiento, tanto dentro como fuera de Brasil. Luego, el clásico titulado “Mulheres”, del disco “Tá Delícia, Tá Gostoso” –de agosto 1995-, y el cierre fue con la interpretación de “Madalena Do Jucú”, del disco denominado “O Canto Das Lavadeiras” –setiembre de 1989-. 

En su discografía, Da Vila compuso trabajos tales como “De bem com a vida” (2016), “Aló Vila Isabeeeel” (2018), “Bandeira da Fé” (2018), “Rio so vendo a vista” (2020) y Mistura Homogênea (2022). Con 70 discos grabados y 20 libros escritos, es uno de los artistas con mayor cantidad de reconocimientos y premios a su trayectoria, tanto en Brasil como en Portugal, Angola, Francia, Inglaterra y Alemania. En 2022 ganó el premio Latin Grammy a la excelencia musical.

Cuando finalizó el último tema, Martinho Da Vila se despidió, el telón se cerró, y con ese cierre fue como haber asistido a una clase de música, con un artista que por todo lo que hizo, por lo que aún hoy hace, con tanto ritmo y samba encima, se parece más un profesor.

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