Desde hace ya bastante tiempo que Uruguay atraviesa una sequía muy importante, de las más grandes en los últimos tiempos, y que será recordada por mucho tiempo. La misma ha impactado en la producción de alimentos de distinta manera, ya que en algunas zonas del país incidió más que en otras. Pero lo que es seguro, es que las empresas de la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM) han visto cambios en la mercadería de frutas y hortalizas que comercializan como así también en la oferta y la demanda.
El jefe del Área de Información de Mercados de la UAM, Ing. Ag. Pablo Pacheco, dialogó con Diario La R acerca de esos temas y del sector hortifrutícola que es el que trabaja dentro de dicha Unidad.
“Ya desde fin del invierno nosotros veíamos con preocupación cómo se instalaba la sequía en Uruguay. Habitualmente lo que ocurre en esa época del año es que hay una recarga de todo lo que son las fuentes superficiales utilizadas para riego como son los tajamares, pólder, pozos cavados y ensanche de cursos de agua. Tener esas fuentes llenas, luego te permite enfrentar el período estival que es cuando hay mayor demanda de riego, ya que es cuando los cultivos tienen mayor demanda atmosférica y cuando se necesita regar más. Eso no se había producido. Entonces, era crónica de una muerte anunciada la situación de sequía.
Un poco lo que se esperaba era que, de darse durante el verano los niveles de precipitaciones cercanos a los que son razonable esperar, la cosa no fuera tan grave, pero eso nunca ocurrió. De hecho, empezó a llover ya terminado el verano”, manifestó.
Lo que veían en la UAM era que en diciembre todavía seguían con buenos niveles de abastecimiento, a pesar de que ya había menores niveles de ingreso de frutas y hortalizas si se comparaban con igual período del año anterior, que habían sido muy altos. Según dijo, esa reducción no hacía a que hubiera un desabastecimiento.
En los últimos meses del 2022, primero tímidamente y a partir del comienzo del 2023 eso deja de ser una tendencia y se consolida en una reducción en la oferta de varios de los productos más importantes en el consumo y en un aumento de sus precios a nivel mayorista. Ya se empezaba a observar como algunas empresas tenían productos con escasez en la oferta, sobre todo en los que están dentro de la categoría de calidad superior.
En todo eso influye de gran manera la oferta y la demanda. “Nosotros tenemos un mercado donde hay una respuesta inmediata en el proceso de formación de los precios, ante cambios en los niveles de oferta de los distintos productos. Cuando los precios empiezan a subir por una reducción de la oferta, lo que se da es un ajuste de la demanda debido a que el comprador va a tener que pagar un precio mayor por el producto para poder adquirirlo y sabe que ese mayor precio va a determinar que venda menos. Los niveles de demanda se ajustan a los nuevos precios. Ese es el proceso natural de formación de precios por oferta y demanda que ocurre siempre en la cadena producción consumo”, señaló.
Esa reducción de oferta y aumento de precios se notó en productos puntuales como son la zanahoria, hortalizas de hojas, citrus y frutas de hoja caduca como la manzana que empezaba una nueva cosecha con ese comportamiento.
Uno de los efectos que trajo la sequía en ese último producto mencionado (manzana) fue la falta de color rojo, sobre todo en las variedades del Grupo Red. Eso se debe a que durante el verano hubo calor parejo durante todo el día y no una buena diferencia de temperatura entre el día y la noche que es lo que ayuda a mejorar el color de la fruta, según los especialistas. Tienen esa particularidad, además de ser de tamaño pequeño, por las condiciones de sequía en las que se desarrolló la cosecha de las mismas.
Eso trajo que muchos consumidores cuando iban a comprar manzanas a la feria, supermercado o comercio de barrio, no las compren por no tener un buen color u aspecto, por más que desde el punto de vista del aporte nutricional, sabor e inocuidad alimentaria estén bien.
Sobre esto, Pacheco comentó que “hay una tendencia que se ha dado en los últimos años de forma muy paulatina pero muy implacable, donde cada vez es mayor nivel de exigencia por parte del consumidor en cuanto a la calidad demandada”.
Eso tiene dos partes. La primera, es la que tiene que ver con el sector productivo que promovió esa mayor exigencia en la calidad de los productos con plantaciones que dan producción de mejor calidad, prácticas de cultivo para mejorarlos, clasificarlos y envasarlos de una manera que se destaquen sus atributos estéticos. La segunda, son los supermercados que cumplen un rol muy importante ya que han acostumbrado al consumidor a tener durante todo el año una estabilidad en el abastecimiento de productos de calidad.
Este año de oferta escasa, va a ser particular. Ante una demanda insatisfecha, el productor no va tener más remedio que mandar la venta algunas partidas de productos con ciertos ´defectos´ estéticos que un año de oferta normal descarta.
Eso hará que “se vea en la oferta de algunos productos importantes desde el punto de vista del consumo, presencia de partidas con algún tipo de defecto. Eso trae una buena oportunidad para el consumidor ya que ahorrará algunos pesos en la compra, debido a que vienen un poco deforme o con alguna manchita en la piel, que son defectos leves. Sin embargo, desde el punto de vista del consumidor no tiene ningún tipo de desventaja excepto estas estéticas de vista, porque nutricionalmente son productos perfectos”, comentó.
Todos estos defectos de calidad estéticos en las frutas y hortalizas son castigados en el precio del producto, por lo que los consumidores finales tendrán un precio más conveniente a la hora de pagarlos.
Consultado acerca de cómo se han tomado las empresas de la UAM esta sequía que los afecta de gran manera, tanto en sus productos como en su economía, precisó que el sector mediante la aplicación de mejores prácticas tecnológicas durante muchos años ha venido reduciendo en gran manera la susceptibilidad de las condiciones meteorológicas, pero una sequía tan grande y larga es difícil de hacer que no impacte en la producción. “Hoy en día no hay tecnología rentable que te permita estar absolutamente “vacunado” contra una sequía como la que vivió el sector en los últimos meses, para decirlo manera gráfica”, agregó.

Destacó que el sector hortifrutícola está acostumbrado a sufrir las vulnerabilidades del tiempo y luchar contra ellas, ya que está dentro de las reglas de juego, si bien una sequía tan grave como esta no afecta a todos los productores por igual.
“Habitualmente los distintos rubros sufren eventos por heladas, sequías, plagas, granizo o viento. Siempre hay elementos de estos que son pequeñas tragedias que afectan la producción. El productor no es algo a lo que no esté acostumbrado, al contrario, conviven habitualmente con este tipo de fenómenos.
Por lo tanto, están muy preparados y tiene una capa hecha, un seteo por el cual él ya sabe lo que tiene que hacer. Ni bien logre tener otra vez su fuente de agua recargada y su tierra preparada, volverá a plantar. Esa capacidad de recuperarse ante estos eventos está siempre presente”, comentó.
También mencionó que es lógica la preocupación que existe de los distintos actores de la sociedad y el Gobierno, debido al sector vulnerable de la producción hortifrutícola. Capaz que algunos no puedan volver a producir porque no tienen recursos para volver a plantar y tengan que salir a trabajar de empleados (para otros productores vecinos que están un poco mejor) y vender su mano de obra para poder recuperarse y volver a fortalecer su emprendimiento productivo. Algunos capaz que tienen que dejar la producción.
“Esto es un proceso que naturalmente ocurre incluso en una situación de equilibrio, pero capaz que este año se acentúa, esperemos que lo menos posible y que haya un montón de medidas que ayuden a reducir esto a lo mínimo”, puntualizó.
Por último, reflexionó acerca de esos pequeños productores que forman el entramado hortifrutícola que son muy importantes porque garantizan que haya procesos puros y sanos de formación de precios y hacen a la soberanía alimentaria uruguaya.
“O sea, para que tengamos lechuga, tomate, naranja, manzana, zapallo, boniato, abundante para comer es imprescindible la existencia de ese entramado de productores. Por eso es fundamental que se realicen todos los esfuerzos necesarios para protegerlos”, sentenció.