El origen de las canciones

Las canciones son de quienes las escuchan. Y quienes escuchan esas canciones son los que hacen que trasciendan, pero hay historias encerradas dentro de las mismas, que van más allá de acordes y melodías, son la historia en sí misma, que tienen que ver con personas, vidas y muertes. 

Divididos, por ejemplo, cuenta la historia de cómo las mujeres indígenas de Nicaragua no dormían con sus parejas para no parir esclavos españoles allá por el 1524, o como Larbanois y Carrero hacen canción el pedido de una abuela, o Luciana Mocchi, con su cancion “Ejercicio”, y sus 26 canciones que hablan de su propia muerte.

“Huelga de amores”:Corría el año 1524 en la zona de la actual Nicaragua, cuando el conquistador Francisco Hernández de Córdoba, el mismo que le da nombre a la moneda en curso en Nicaragua, comenzó a traficar indígenas con destino a la zona minera del Perú. Comenzó un proceso de despoblación que llevó a que, cuatro años más tarde, una veintena de caciques se rebelaran contra el representante de la civilización. Fueron derrotados, capturados y, por orden del señor gobernador, arrojados a los perros hambrientos. Fue entonces cuando las corajudas mujeres originarias de la región promovieron una huelga de amores aceptada por sus compañeros. Según cuenta Francisco López de Gómara: “No dormían con sus mujeres para que no parieran esclavos de españoles. Y Pedrarias, como en dos años no nacían niños, les prometió buen trato, y así parían o no los mataban”.

En esta acción heróica, amorosamente heróica, estas pioneras de la insurgencia americana mostraban que no estaban dispuestas a traer hijos esclavos a este “nuevo mundo” dominado por la barbarie.

Ricardo Mollo, Diego Arnedo, y Federico Gil Solá hicieron justicia a aquella epopeya: «la historia escrita por vencedores, no pudo hacer callar los tambores», la canción huelga de amores, narra esta lo acontecido, y con bombos y tambores, nos transportan a ese hecho histórico, dejando claro que no solo es música, y que el rock puede mostrarnos parte de la historia que tal vez, no sabemos.

“Querida nieta”: Hace algún tiempo, circula una carta abierta escrita por una de las abuelas de Plaza de Mayo, la carta está dedicada a su nieta, a quien todavía busca. En ella se pide también que esta carta circule, es ahí que el dúo Larbanois y Carrero deciden hacer canción este pedido de una abuela, que reclama lo que por derecho es suyo, nada más y nada menos que su nieta.

Esta es la carta original que escribió Chicha Mariani, para su nieta Clara Anahí, reclamando su búsqueda, y abrazando su ausencia.

Querida nieta:

Soy tu abuela «Chicha» Chorobik de Mariani,te busco desde el momento en que Etchecolatz, Camps y su tropa mataron a tu madre y te secuestraron de tu hogar en la calle 30 nº 1134 de La Plata, República Argentina. Era el 24 de Noviembre de 1976 y tenías 3 meses de edad. Desde ese momento con tu padre te buscamos hasta que a él también lo asesinaron.

A pesar de que trataron de convencerme de que habías muerto en la balacera, yo sabía que estabas viva. Hoy está comprobado que sobreviviste y estás en poder de alguien.Ya tienes 31 años y tu número de documento probablemente sea cercano al 25.476.305 con el que te anotamos. Yo quisiera pedirte que busques fotos de cuando eras bebé y las compares con las que acompañan este texto.

Quiero contarte que tu abuelo paterno se dedicó a la música y yo a las artes plásticas; que tus abuelos maternos se dedicaron a las ciencias, que tu mamá amaba la literatura y tu papá era licenciado en economía. Ambos tenían un gran sentido de la solidaridad y compromiso con la sociedad. Algo de todo esto tendrás en tus inclinaciones de vida porque, a pesar de que hayas sido criada en un hogar distinto, uno guarda internamente los genes de sus antepasados. Seguramente hay muchas preguntas sin respuesta que aletean en tu interior.

A mis más de 80 años mi aspiración es abrazarte y reconocerme en tu mirada, me gustaría que vinieras hacía mí para que esta larga búsqueda se concretara en el mayor anhelo que me mantiene en pie, el que nos encontremos.

Clara Anahí, mientras te espero seguiré buscándote.

Te abraza tu abuela «Chicha Mariani»

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