Gabriel Calderón y «Ana Contra la Muerte» sorprenden en España y siguen los homenajes a China Zorrilla

Artistas uruguayos siguen difundiendo la cultura nacional a nivel global.

En Argentina en el Complejo «Gaumont» del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de la Argentina (INCAA), se realizó un nuevo homenaje a China Zorrilla por el centenario de su nacimiento. Se proyectó el film “Besos en la frente” de 1996. Se trata de una película argentina, de drama romántico, dirigida por Carlos Galettini y protagonizada además de por China Zorrilla y Leonardo Sbaraglia; Claudio García Satur, Carolina Papaleo, Alejandra Flechner, Érica Rivas y la recordada actriz Mabel Manzotti, entre otras.

Basada en la obra teatral de Jacobo Langsner Una margarita llamada Mercedes, que escribió para (y fue estrenada por) China Zorrilla. El argumento gira en torno a una particular historia de amor entre Mercedes Arévalo (China Zorrilla), una mujer de 80 años y Sebastián Miguez (Leonardo Sbaraglia), un joven escritor que llega de Montevideo a la ciudad de Buenos Aires. La película se estrenó el 5 de septiembre de 1996 y fue nominada para dos Premios Cóndor de Plata en 1997.

 Por otra parte la escritora uruguaya, Fernanda Trías, se destaca en la portada de la prensa de Brasil, por su trayectoria y proyección desde Uruguay hacia el mundo. “Nunca se está tan vivo como durante la lectura, al leer estoy viva aquí y en otra parte, en muchas partes, leer no puede alargar la vida, pero va a ensancharla y te regala un pasado mucho más extenso que el que puede medirse en años”, dijo durante una reciente conferncia en México Trías, nacida en Montevideo en 1976, aseguró que la escritura le dio un sentido de identidad y la salvó como “una soga en el mar”, a la que se aferra desde que era adolescente a pesar de lo “doloroso” que puede llegar a ser.

En España se presentó la obra de Gabriel Calderón, «Ana Contra la Muerte», en el 40.º Festival de otoño de la Fundación del Teatro de La Abadía, en la ciudad de Madrid – España, la cual fue celebrada por la crítica. 

Según destaca el diario «El Español», Gabriela Iribarren, Marisa Betancur y María Mendive protagonizaron un montaje en el que se mostraba el poder del verbo para influir sobre las emociones y el tiempo. «Nos encontramos con una historia sobre una madre que confiesa que sería capaz de “robarle la enfermedad” a su hijo con tal de salvarle. Pero Ana contra la muerte no era un drama sentimental. Era un grito metafórico atravesado por cuestiones filosóficas, porque se plantea qué hay detrás del rechazo a la muerte, y cuestiones psicológicas, porque aborda todo lo que hay detrás de la manipulación de la memoria» según destacan.

Por su parte raquel Vidales de El País de Madrid indica que «si hubiera que calificar este espectáculo de un golpe, la palabra podría ser “visceral”. Lo es en todos los sentidos. El texto, la puesta en escena y la actuación de las actrices. Se lo juega todo a esa carta. Quiere emocionar, golpear, perturbar». 

Acota que «quién no se va a estremecer ante una madre soltera cuyo hijo se está muriendo de cáncer y ella no puede pagar el tratamiento porque es una mujer pobre e ignorante y entonces se ve obligada a cometer un delito para conseguir dinero y después de todo el muchacho muere . ¿Quieres catarsis teatral? Pues toma. La historia conmueve y la vehemencia con que los intérpretes abordaron sus personajes derivados en momentos de alto voltaje. El público sale sobrecogido. Pero también desconcierta. ¿Por qué? Posiblemente por el tono: no está modulado, tiene la misma intensidad durante toda la función».

Agrega que el dramaturgo y director uruguayo «ha ganado prestigio en España desde que estrenó en 2020 su obra Historia de un jabalí y este nuevo montaje, que ha tenido un gran impacto en su país, se esperaba con ganas. Comparte con Historia de un jabalí una escenografía ruda (tablones como los de los antiguos comediantes de carretera) que evoca o quizás reivindica el teatro como oficio artesanal ya la vez rompe las reglas de la “representación”; es decir, deja claro que se trata de una ficción y así puede entrar y salir de ella con más libertad. Calderón le saca mucho partido a ese juego, pues con solo tres actrices pone en escena el triple de personajes y pasa de uno a otro apenas con un leve gesto».

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