En su primera misa como nuevo pontífice, León XIV advirtió sobre el retroceso de la fe en un mundo dominado por la ambición y el hedonismo. Sucesor de Francisco, el papa norteamericano-peruano anticipa un estilo más formal en lo litúrgico, pero sin romper con la línea pastoral de su predecesor.
Desde la Capilla Sixtina, escenario de su reciente elección, el flamante líder de la Iglesia Católica alertó este viernes sobre la creciente tendencia a reemplazar la fe por «otras seguridades» como el dinero, la tecnología, el éxito, el poder o el placer. “La Iglesia debe ser faro en las noches del mundo”, proclamó ante los cardenales que lo eligieron.
Con 69 años, nacido en Estados Unidos y nacionalizado peruano, León XIV es el segundo papa americano de la historia y un exmisionero con amplia experiencia en América Latina. Su elección refleja una continuidad con el pontificado de Francisco, aunque ya se vislumbran diferencias en el estilo y la simbología: usó estola papal en su presentación, aunque conservó los zapatos negros típicos de su antecesor jesuita.
Durante su homilía, también advirtió contra la tentación de reducir a Jesús a un «superhombre» o mero «líder carismático», en lo que pareció una crítica indirecta al auge de corrientes cristianas más personalistas.
Con una Iglesia que enfrenta desafíos internos y externos, el mundo observa con atención los primeros pasos del nuevo pontífice y el rumbo que imprimirá a su pontificado.