Pepe Mujica y Cuba, Pepe Mujica y Fidel…

José Mujica fue un gran amigo de Cuba y del líder histórico Fidel Castro Ruz.

Mujica vio por primera vez a Fidel en Las Mercedes, Sierra Maestra de Cuba, en 1960; y la última vez que compartieron fue a principios de 2016. De aquel primer encuentro, quedaron muchas anécdotas, el ex-presidente uruguayo dijo a la prensa: “Salió el sol y llovió tres veces, y aquel señor seguía hablando. Fue un ser humano que vivió al Tope, una especie de Quijote, luchando con la primera potencia del mundo, y siempre resistiendo.” El líder de la Revolución Cubana le abrió muchas veces las puertas de su casa, y lo convidó a hablar por horas; las ideas más soñadoras y revolucionadoras surgieron en esas conversaciones. Ambos líderes mantuvieron una amistad por años.

La influencia de Pepe Mujica en la política mundial fue notable por su estilo de liderazgo austero, sus convicciones firmes y su enfoque en los derechos humanos y la justicia social. Nos empeñamos en llamarlo “El presidente pobre”, sin embargo, respondía tajantemente “No, yo no soy presidente pobre (…) Pobres son los que quieren más, los que no les alcanza nada. Esos son pobres, porque se meten en una carrera infinita. Entonces no les va a dar el tiempo de la vida ni nada”.

En julio de 1960, en las celebraciones por el día de la Rebeldía Nacional en Cuba, Mujica visita por primera vez la isla. Una multitud frente a una fortaleza militar convertida en escuela, le daba una calurosa bienvenida; 53 años después regresó al mismo lugar, invitado junto a otros líderes de Latinoamérica, no leyó un discurso, habló sabiamente con el pueblo:

“Han sido muchas décadas de lucha por la dignidad del pueblo cubano, con su suerte, la de muchos luchadores que quedaron en los ocabones, en los dolores de América. Los cambios sociales, no están al alcance de la mano en lo inmediato, una larga construcción colectiva, de esfuerzo, de trabajo, de errores, de aciertos, de compromisos, de sacrificios…Por eso en el fondo no hay derrota, solo sufren la derrota, aquellos que dejan de luchar, Gracias por lo mucho que nos dieron, por lo mucho que nos dejaron, sobre todo, por la dignidad con que suscribieron el derecho a autodeterminarse que tiene un pueblo más allá de sus dimensiones.”

En esa visita, Mujica intercambió unas palabras con los numerosos periodistas que lo esperaban. Comentó con satisfacción los avances que los países de la región están haciendo en pos de su integración. “Una siembra de tantos años parece estar caminando”, indicó, y estamos “mucho más cerca, mucho más cerca entre nosotros, y no, como algunos piensan, solo porque existan gobiernos más o menos identificados con una visión de carácter progresista”.

Lo nuevo “es que aún gente que piensa distinto está continentalmente mucho más cerca, y eso es lo que no teníamos. Antes, para juntarnos, teníamos que rezar prácticamente el mismo catecismo, ahora nos juntamos cada vez que es necesario, a pesar de tener muchas diferencias”. Ya despidiéndose, el mandatario consideró que todo esto “no debe ser milagroso, debe ser un proceso de maduración histórica”.

En enero del año 2016, el ex-presidente uruguayo volvió a Cuba, impartió una conferencia en Casa de las Américas, a raíz de la edición 57 del premio Casa de las Américas, en la que trató sobre la importancia de la integración latinoamericana y que los dirigentes, revolucionarios, los líderes no debían desmayar en esta ardua tarea: “Porque la política no es un negocio, la política es una pasión que se tiene o no se tiene…. Acá no venimos por lo que vamos a ganar o por lo que nos van a dar. Acá venimos porque estamos convencidos del punto de vista social. Soy consciente que pertenezco a una generación que se está yendo, pertenezco a la de Dios.”

De ese día muchos cubanos guardan con agrado la experiencia, y cuentan cómo fue encontrarse con un hombre siempre dispuesto a reflexionar: “La sala Che Guevara de Casa de las Américas estaba abarrotada a tal punto que muchos tuvimos que sentarnos en el suelo y yo fui una de ellas, pero me senté muy pegadito a la mesa donde impartía la conferencia Mujica. Al terminar la conferencia yo estaba buscando a ver si alguien se tomaba una fotografía con Mujica y salí para tomarme una, porque no podía dejar ese momento. Con mucha valentía, cuando él se puso de pie, subí y le dije: quiero tomarme una foto con usted…”; así lo cuenta Teresa Delgado, su historia fue publicada recientemente la Emisora Cubana Radio Ciudad de la Habana.

En ese mismo año, noviembre, para ser exactos, falleció en La Habana Fidel Castro, y entre el mar de condolencias recibidas, no se hizo faltar la de Pepe: «En el momento me parece que lo más importante es darse cuenta de que fue alguien que vivió como pensaba y vivió para lo que pensaba. Hay en Fidel y con él, en una parte muy importante del pueblo cubano, una estatura de quijote porque le tocó vivir en un largo período de su historia desafiando a la primera potencia mundial que la tenía en frente. No es problema sencillo tener coraje, decisión y capacidad de resistencia para un dilema de esa época».

Pasa a la posteridad un símbolo de Latinoamérica, ejemplo para la lucha del pueblo cubano.

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