El Gobierno del presidente colombiano, Gustavo Petro, ha presentado ayer su proyecto de reforma fiscal, al día siguiente de su toma de posesión.
La iniciativa pretende recaudar unos 50.000 millones de pesos (unos 11.
400 millones de dólares) en los próximos cuatro años.
El centro de la reforma serán los impuestos a la renta de las personas físicas, el pago de más impuestos por parte del 1 por ciento de los colombianos más ricos y la revisión de las exenciones. Así, prevé aumentar el impuesto de la renta para las personas con ingresos mayores de 10 millones de pesos anuales y reducir el monto de las exenciones para las cuentas de ahorro (AFC) a unas 700 unidades de valor tributario como máximo.
En lo referente al impuesto al patrimonio, comenzarán a tributar los capitales a partir de 3.000 millones de pesos y los de 5.
000 millones pagarían el 2 por ciento. El impuesto a las ganancias ocasionales pasaría del 10 al 20 por ciento y para en el caso de las zonas francas, será necesario un mínimo de exportaciones para poder mantener el beneficio tributario que les exime de pagar el 35 por ciento de impuestos.
La reforma incluye además los llamados impuestos saludables para las bebidas azucaradas en función de la proporción de azúcar y los alimentos ultraprocesados e impone tasas a los plásticos de un solo uso. Además elimina los incentivos tributarios a las grandes empresas que se consideren innecesarios. Igualmente prevé acabar con el día sin IVA impulsado por el gobierno anterior porque «benefician principalmente a los sectores de altos ingresos, con capacidad de consumo y ahorro, por lo que su eliminación promueve un sistema tributario más equitativo», según el nuevo Gobierno.