Pienso… Luego IA

“Estamos ante un cambio de paradigma en la construcción del conocimiento, las universidades deben prepararse para asumirlo”.

Leí hace poco un post de una investigadora conocida, fue en Facebook, y era claro: “Yo quiero que la Inteligencia Artificial lave, limpie, planche, me asista con las labores del hogar, y así yo poder dedicarme a los procesos de creación, y que no sea al revés”.

Me acordaba mucho de ella, al asistir a la conferencia del Doctor en Ciencias Ernesto Fernández Sánchez, parte del ya exitoso XII Congreso Internacional de Diseño “FORMA 2025”. El también vicedecano del Instituto Superior de Diseño, presentó su ponencia anunciando: “Todas las imágenes que verán a continuación son realizadas por Inteligencia Artificial. Salvo cuando se trata de personajes históricos, casi en su totalidad excepto uno, todos los seres humanos representados se hicieron mediante hombres jóvenes y blancos, donde no es así es porque explícitamente le solicité a la guía la diversidad”

Y es que, precisamente, la mayoría de las personas que utilizan las IA (un número cada vez más creciente), piensan que no se equivocan. El profesor comentaba sobre cómo la relevancia que le hemos dado, las han convertido en validadores de la verdad, hasta el punto de hacerles creer que son superiores a nuestra capacidad. Esto es aún más alarmante en el caso del diseño… “Al menos el diseño que defendemos, un diseño no apegado a las realidades históricas culturales en nuestro contexto, un diseño que sea reflejo y construcción de nuestras peculiaridades, imaginarios sociales, de nuestras narrativas discursivas.”

“Si el uso irracional de las IA en el ejercicio del diseño, nos lleva a la reproducción de estereotipos de otros contextos, el diseño latinoamericano no solo no tendrá nada nuevo que ofrecer, sino que no tendrá nada nuevo que decir”.

El diseño, además de los conocimientos elementales de matemáticas, arquitecturas…, se vale de una herramienta fundamental: la creatividad. Hasta el momento, ninguna herramienta asistente puede ser creativa a través del diagnóstico y reconocimiento de conexiones emocionales, no olviden que dije hasta el momento. Algo que reconocen y alivia a los diseñadores, sin embargo, Fernández Sánchez explicó que no es totalmente exacta la afirmación: “Ella sí tiene incorporado una actitud emocional, sus algoritmos y entrenamientos tienen incorporado el pragmatismo de la sociedad contemporánea, el modelo de éxito basado en el tener y no en el ser. Ese no es el diseño que hemos hecho ni el que queremos hacer. Pero no podemos ser pesimistas, salvo excepciones ideológicas muy bien definidas, podemos incidir en esos algoritmos, solo es necesario usar las IA con un pensamiento crítico, e incidir de a poco y con la fuerza de muchos en la transformación de esos modelos de procesamiento”.

Quizás este fue el mensaje principal, la mirada crítica y autocritica con la que se utilizan las Inteligencias Artificiales impactará en su misión de “ayudarnos a resolver problemas”.

Es muy cierto que las “guías” pueden ser utilizadas también en el estudio de estrategias ambientales que favorezcan aspectos claves de la necesaria sostenibilidad ambiental, sin embargo, el balance entre lo que podría generar y lo que está destruyendo ambientalmente hasta este momento no es positivo. “La mayoría de los centros de datos que sustentan el funcionamiento de las guías, poseen una infraestructura de servidores que consumen electricidad masiva, generada fundamentalmente con fuentes no renovables de energía. Se estima, por ejemplo, que solo el entrenamiento de GP3 emitió 552 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, cantidad que fue duplicada. El uso de las IA ha provocado que una empresa como Microsoft incremente en un 40% el consumo de agua para enfriamiento, esto sucede en el mismo planeta en que 500 millones de africanos no tienen acceso al agua potable. La obsolescencia de los componentes necesarios para sus hardware ha conducido a una minería intensiva del litio, el cobre y las tierras raras con implicaciones ambientales desastrosas”.

Muchos de los asistentes a la conferencia eran estudiantes, rostros expectantes que reflexionaban ante un ejemplo práctico del profesor: En el aula se le otorga una tarea a los estudiantes, hacer un resumen de los valores histórico de La Guerra y la Paz. Él va corriendo y le pide la tarea al ChatGPT. Beneficios de esta acción: Al menos en su pensamiento el alumno piensa que ha optimizado su tiempo, se auto convence de que al final si lee el resultado del chat al igual está aprendiendo y siente que no vive el riesgo del error y la crítica que pudiese tener un trabajo realizado por él. Es por esto que no se pone a pensar en las consecuencias de una acción así: “se pierde el placer inconmensurable de disfrutar del arte de la literatura y comienza un proceso paulatino e irreversible de empobrecimiento estético y cultural. Renuncia totalmente al privilegio de dar su opinión, de defender una idea, comienza un proceso paulatino e irreversible de esclavización ideológica y cultural. Detiene su crecimiento lingüístico y capacidades comunicativas”

Luego de esto, más de un oyente sacó cuentas y reflexionó…

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