El estadio Campín de Bogotá fue el escenario donde Uruguay y Brasil se citaron para dar el cierre al Sudamericano Sub-20, que se realizó en Colombia.
Para este encuentro todos los cupos llegaron definidos: los dos equipos que lo disputaron, junto con Colombia y Ecuador se clasificaron para el Mundial de Indonesia, mientras que los tres primeros sacaron cupo también al Panamericano de Chile.
Fue así como para esta altura solo se definió un asunto: el campeonato del Sudamericano. Los dirigidos por Marcelo Broli llegaban en el liderato con dos puntos de ventaja sobre los brasileños, de tal manera que un empate les daba el título.
Las acciones
La primera ocasión de peligro fue para la “Celeste” a los 4′. El guardameta Randall Rodríguez sacó en largo, Álvaro Rodríguez la pivoteó de cabeza y la dejó para Luciano Rodríguez, quien remató de izquierda en un tiro que pasó cerca.
Un minuto después Uruguay volvió a tocar la puerta, esta vez a través del “Cepillo” González, quien la filtró para que el “Torito” realizara un centro venenoso que la defensa de la “canarinha” despejó cuando aparecía Renzo Sánchez para guardarla.
Brasil creció en el compromiso y comenzó a encimarse sobre el arco de Randall Rodríguez. Guilherme Biro trató de media distancia con un tiro que se fue apenas alto.
Sin embargo, Uruguay era más y lo buscaba con más claridad. El “Cepillo” cobró un tiro de esquina que Facundo González peinó en el primer palo, pero que se quedó apenas lejos del “Torito”, quien no pudo conectarla.
La última de la primera mitad también fue para los de Broli. Boselli ganó de cabeza en un tiro libre y la pelota se fue afuera por centímetros.
Mal sabor de boca
Para el segundo tiempo Brasil salió con el ímpetu de un equipo grande que necesita la victoria para quedarse con el título y se lo hizo sufrir a Uruguay.
Ni bien iniciaba la segunda mitad y Brasil anunciaba. Alexsander levantó un centro par que Vitor Roque la controlara y disparara un tiro que pasó cerca. A los 49 nuevamente sería Brasil quien advirtiera con un remate de Luis Guillerme que Randall Rodríguez logró contener.
Randall debería volver a parecer un par de minutos después con un remate que Roque realizó al internarse en el área. Uruguay trató de responder de contra, pero el arquero brasileño conjuró el peligro.
A os 57′ Brasil acariciaría el gol con un remate de Guilherme Biro que se estrelló ene l horizontal del arco.
Dos seguidas para la “Celeste”: primero Rodrigo Chagas remató de media distancia y Mycael la despejó, luego fue Luciano Rodríguez que, de contra, tuvo un mano a mano, pero se tardó en definir y el defensa rival lo desarticuló.
De tanto buscar el arco rival, Brasil consiguió recompensa: al 84′ Andrey Santos apareció para conectar un centro de izquierda de Pedrinho y adelantar a su equipo.
Uruguay buscó el empate que le diera el título y a falta de dos minutos para el final lo tendría con un tiro libre de Luciano Rodríguez que ser rozó el palo y se fue afuera.
Con una “celeste” que buscaba el empate de cualquier manera se dejaron espacios que Brasil pudo aprovechar para sentenciar el título.
Al 90+2′ Vitor Roque recuperó en mitad de cancha y habilitó a Pedrinho, quien se deshizo de la marca del golero Rodríguez para definir a placer desde muy lejos y anotar el segundo y definitivo tanto.
A Uruguay se le escapó el título en 45 minutos y perdió 2-0 con Brasil, pero cerró una gran participación en el Sudamericano.
Nada para reprochar. La selección sub 20 viene con la cabeza en alto. Hizo un formidable campeonato y sólo perdió con el único que podía ganarle, la selección de Brasil que tiene obvio, un equipazo. Podrán decir que Brasil tiene más futbolistas que Uruguay habitantes, y es cierto. Y que la base de extracción de jugadores de Brasil es diez o doce veces más grande que la de Uruguay, y también es cierto. Pero eso jerarquiza aún más lo logrado. Lo malo, la reacción al final. Un minuto de líos y corridas empaña una magnífica imagen dejada previamente. Que la adrenalina, el cansancio, la amargura y la bronca por un título que se escapa faltando 5 minutos, todo es aceptable. Pero estos pibes van a ir a un Mundial. Entran en el círculo de los que generalmente llegan a la elite del fútbol. Aceptar la derrota es una de las cosas que deberán aprender. Y, es creer o reventar. La mufa que llega desde las altas esferas sigue cumpliéndose. Para los veteranos, Fúlmine. el que siempre augura lo mejor y sale al revés.