La apotemnofilia, el trastorno que incita a amputarse partes sanas del cuerpo.

Existen una gran cantidad de condiciones mentales en el ser humano, algunas no llegan al extremo de condicionar la vida cotidiana de las personas, otras pueden ser reversibles y existen algunas más graves que requieren de medicación crónicas, terapias o pueden llegar a los extremos de hacer que la persona pueda llegar a dañarse a si mismo o a otras personas.

La apotemnofilia es uno de esos trastornos que hace que corra riesgo la integridad física de las personas, sin embargo no implica daños a terceros si puede ser algo de mucha gravedad que incluso puede cobrar la vida de quienes lo padecen.

Quienes padecen esta condición sienten el deseo de amputar, dañar o causarse voluntariamente algún tipo de discapacidad o parálisis. En ocasiones sienten que desean deshacerse de esa parte del cuerpo porque en su mente no les pertenece y sienten que está de más.

Una pierna, una mano o hasta la capacidad de ver. Cualquier parte del cuerpo o capacidad puede ser el foco del trastorno.

La apotemnofilia es llamada médicamente como trastorno de la identidad corporal o BIID (siglas en inglés de Body Integrity Identity Disorder), lo cual cobra más sentido ya que no se considera una parafilia sino un trastorno psiquiátrico catalogado en DSM—5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales). También es conocida con otros términos alternativos como Síndrome del Miembro Extraño, Trastorno de Identidad del Amputado, Trastorno de Integridad Corporal o Xenomelia

Existen casos muy extremos de BIID, personas que desean ser parapléjicas o invidentes, otros se limitan a convencerse de que hay un dedo de su mano que debe ser amputado, sea cual sea el grado del trastorno el objetivo siempre es el mismo, ocasionarse un daño físico irreversible. El origen de este trastorno no está 100% definido pero podría deberse a una consecuencia derivada de otros padecimientos como el síndrome de munchausen o el síndrome de ganser

Los extremos a los que llega un paciente con apotemnofilia

Afortunadamente la mayoría de los cirujanos no están dispuestos a cumplir los deseos de estas personas que evidentemente sufren de un padecimiento psiquiátrico que debe ser tratado.

 Lo lamentable es que ante la frustración de no poder concretar sus planes con un cirujano certificado acuden a medidas extremas como autoamputarse, usar sustancias tóxicas para “derretir” el miembro, congelarlo o lesionarlo al punto de obligar la amputación o asistir a lugares que no cumplen con los parámetros legales y de higiene, esto puede traer como consecuencia incluso la muerte de la persona por septicemia o hemorragias.

Otros pacientes de BIID no llegan al extremos de amputarse o querer amputarse pero viven su vida como si fueran discapacitados, usando sillas de ruedas o equipos ortopédicos que no necesitan por ejemplo.

Lamentablemente para esta condición no existe un tratamiento 100% efectivo, pero la psicoterapia puede ayudar.

Algunas personas que han logrado su objetivo de amputarse o causarse algún tipo de daño físico irreversible luego cuentan sus historias en medios de comunicación asegurando sentirse satisfecho por haber logrado su objetivo. Así que lucrarse contando su historia por el morbo de quienes le escuchan también podría ser una de las causas o el simple hecho de algún trastorno secundario que dispara su deseo de llamar la atención por lo que también podría deberse a un problema de autoestima y sienten que ser discapacitado logrará captar el cariño y la atención que anhela.

También se puede esconder un motivo médico detrás de esta condición, una anomalía en la corteza cerebral crónica conocida como somatoparafrenia que se produce por apoplejía en el lóbulo parietal, lo cual produce daño en el lado derecho del cerebro,  podría ser la causa del rechazo a ese miembro que consideran extraño en su cuerpo.

El tipo de BIID más común es el de personas que solicitan la amputación de su pierna izquierda por encima de la rodilla, algo que podría justificarse con lo explicado anteriormente pues esta condición afecta el lado derecho del cerebro (el lado derecho del cerebro controla la parte izquierda del cuerpo).

Dan, un ingeniero que vive en Wyoming decidió amputar su pierna izquierda a la edad de 65 años y hoy dia usa una prótesis, asegura ser feliz desde que tomó la decisión y que sentía la necesidad de eliminar su pierna izquierda desde que era un niño.

Otro caso es el de Jørund Viktoria Alme, una mujer de 54 años de Noruega que vive su vida en una silla de ruedas aunque no tiene motivos para usarla, su cuerpo está completamente sano, pero ella se identifica a sí misma como discapacitada.

Para finalizar tenemos el caso de la estadounidense Jewel Shuping quien sentía deseos por ser ciega, incluso se comportaba como ciega usando lentes y bastón e intentó por si misma varias formas de ocasionarse ceguera hasta que su familia le recomendó asistir a terapia, pero en esta búsqueda de ayuda consiguió la que realmente quería, un supuesto médico la ayudó a quedarse ciega aplicando dos gotas de ácido en sus ojos y demorando un tiempo en llamar a emergencias para asegurar los resultados.

Los médicos hicieron todo lo posible por salvar la vista de Jewel y los primeros días veía borroso, pero veía y se sentía decepcionada por haber pasado por tanto dolor sin haber obtenido los resultados que anhelaba, finalmente fue perdiendo la vista de forma paulatina pues el daño había sido muy severo. Actualmente está completamente ciega y aunque su familia le dio la espalda asegura que ahora es realmente feliz.

1 Comentario

  1. Muy raro que el diario no consulte a técnicos en psicología sobre el tema La agresividad contra si mismo tiene que ver con la angustia experimentada por la falta de protección Sería bueno que el diario haha una entrevista a un psicólogo

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