El director de la Policía colombiana reconoce que recurrió a exorcismos para apresar a delincuentes

"La existencia del diablo es cierta. Lo he visto, lo he percibido. Para muchos es una fábula y otros no creen. Y eso está bien porque, digamos, el diablo lo dice, él se niega a sí mismo"

Henry Sanabria DIRECTOR de la policía
Foto: Semana.com

El director de la Policía de Colombia, el general Henry Sanabria, ha reconocido en una entrevista que ha realizado exorcismos para facilitar la captura de delincuentes.

«La existencia del diablo es cierta. Lo he visto, lo he percibido. Para muchos es una fábula y otros no creen. Y eso está bien porque, digamos, el diablo lo dice, él se niega a sí mismo», ha explicado en una entrevista con la revista ‘Semana’.

Sanabria ha destacado que ha podido ver esa presencia maligna en muchas situaciones, la última, en «las pasadas protestas», cuando «unas 2.000 o 3.000 personas pasaron al frente de siete policías que estaban solamente con chaqueta, casco y escudo».

Según el general Sanabria, al enterarse de la situación, él llegó a apoyarlos junto con un mayor, una patrullera y un patrullero: «Es decir, éramos diez. Cuando los muchachos de la primera línea pasaron por el frente, eran unos 34, los alcancé a contar esa vez. Saqué mi crucifijo y lo puse encima», ha relatado.

Para Sanabria «detrás de toda acción violenta hay una presencia del mal» y ha destacado que después de sacar el crucifijo los manifestantes decidieron irse. «Los policías me miraron. No se atrevieron a preguntarme qué había pasado. El miedo que tenían varios de ellos, sobre todo las mujeres, fue mayúsculo», ha explicado.

También ha relatado que durante una persecución en Medellín uno de los sospechosos fue apuñalado y arrojado desde un vehículo en movimiento. «Preferimos ayudarlo que seguirlos persiguiendo. Le tomamos el pulso y ya estaba muerto», ha indicado. Sin embargo, mientras realizaban la inspección del cadáver, «el cuerpo empezó a arrastrarse». «Eso fue sobrenatural. Un agente, de esos antiguos de Medellín, me dijo: ‘No, mi teniente, espere y verá'», ha apuntado.

Entonces el agente comenzó a buscar en el cuerpo un elemento relacionado con estos extraños movimientos: «Efectivamente tenía enrollado un amuleto, se lo cortó y ahí murió».

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Últimos artículos de Mundo