El Papa fue un hombre con sentido de lo que pasa en el mundo

Hubo cambios en el papel de la mujer, y hay dos mujeres en los puestos más altos del Vaticano y la posibilidad de seguir nombrando a más.

Pope Praying In The Dark .

El relato sobre la figura de Jorge Bergoglio, conocido mundialmente como el papa Francisco, refleja una profunda conexión entre su trayectoria como jesuita y su papel como líder de la Iglesia católica. Desde sus inicios en la formación como novicio a finales de los años 70, Bergoglio fue reconocido por su singularidad y su capacidad para conectar con los demás. Su maestro en Alcalá de Henares, donde completó su última etapa de formación, mantuvo un interés constante en su vida en Argentina, lo que ya daba pistas sobre su potencial y su inminente ascenso dentro de la Compañía de Jesús.

A lo largo de los años, la fama de Bergoglio se extendió por América Latina, incluso antes de convertirse en papa. Su reputación llegó a oídos de muchos, y aunque no lo conocía personalmente, la imagen que se formó sobre él se basó en las experiencias compartidas por otros jesuitas que lo admiraban.

Este trasfondo fue fundamental cuando, tras su elección como papa, se me solicitó que hablara sobre él en un programa de radio en Estados Unidos. Las preguntas de los periodistas eran variadas y desafiantes, pero respondí basándome en lo que había aprendido de su trayectoria y su liderazgo.

Reflexionando sobre mis respuestas, reconozco que subestimé ciertos aspectos, como el papel de la mujer en la Iglesia, que ha evolucionado notablemente bajo su pontificado. Sin embargo, acerté al anticipar que no habría cambios en la ordenación de mujeres ni en el celibato de los sacerdotes.

La imagen que tenía de Bergoglio, como un hombre con un agudo sentido de la realidad y un enfoque decidido hacia el mundo, se ha confirmado a lo largo de su papado. Ha abordado de manera realista y esperanzadora problemas globales apremiantes, guiando a la Iglesia hacia una mayor misión y apertura.

La noción de una “Iglesia en salida” se ha vuelto central en su mensaje, promoviendo una mayor atención hacia los pobres y las personas vulnerables. No obstante, su estilo de liderazgo, aunque decisivo, ha generado divisiones y críticas, tanto dentro como fuera de la Iglesia. Las decisiones que ha tomado, aunque a menudo controvertidas, han dejado una huella significativa en su pontificado.

Temas como la sinodalidad, la revitalización del Concilio Vaticano II, y el diálogo interreligioso han tomado un protagonismo inesperado. En conversaciones previas a su elección, se discutieron diagnósticos y propuestas que, según confesó, han guiado su papado. Esto indica que, aunque Francisco es un hombre de decisiones, su trayectoria como Bergoglio ha influido en su estilo y enfoque pastoral.

El papa Francisco es el resultado de una amalgama de experiencias y aprendizajes que han moldeado su carácter y su misión.

No solo ha sido un buen jesuita cumpliendo con la misión de la Iglesia, sino también un líder comprometido con la transformación y la renovación de la comunidad católica, llevando consigo la impronta de su pasado y su visión hacia el futuro.

Su papado nos invita a reflexionar sobre la necesidad de una Iglesia más inclusiva, dialogante y socialmente responsable.

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