Escalada del conflicto entre Israel y Palestina: amenaza para la paz regional

El conflicto palestino-israelí tiene una larga y trágica historia que incluye cuestiones territoriales, religiosas y socioeconómicas. La comunidad internacional lleva mucho tiempo tratando de encontrar posibles vías de solución, pero todos los esfuerzos hasta ahora han fracasado. El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General de la ONU votó a favor de establecer dos Estados — uno judío y uno árabe – en Cisjordania, manteniendo la ciudad de Jerusalén su estatus de zona internacional. En 1947 se inició la guerra árabe-israelí. Como resultado de este enfrentamiento (que terminó en 1949), aproximadamente la mitad de los territorios que la ONU propuso asignar para un Estado árabe, así como Jerusalén Occidental, pasaron a formar parte del recién formado el Estado de Israel. En 1967, el país judío ocupó la Franja de Gaza y Cisjordania, llevando a un desplazamiento masivo de palestinos y recibiendo apoyo de otros Estados, como EEUU. El conflicto entre ambas partes ha escalado varias veces, y el pasado 7 de octubre 2023 estalló con una nueva fuerza como resultado del ataque terrorista de HAMAS contra Israel, amenazando de convertirse en una guerra regional a gran escala. No aceptamos y condenamos actos terroristas de toda índole, pero tampoco podemos estar de acuerdo con acciones militares que afectan directamente a la población civil.

La actual escalada de hostilidades ya llevó a más de 4.500 víctimas fatales y 15.000 heridos, según las autoridades médicas de ambas partes en confrontación. Aunque ahora es difícil hablar sobre el total de personas afectadas, una cosa queda clara que la cantidad de víctimas sigue creciendo mientras sufre principalmente la población civil. La ONU informa sobre unos 450 niños que han perdido la vida en Gaza y unos 750 más que están enterrados bajo los escombros de edificios destruidos por los ataques aéreos israelíes. Ante nuestros ojos está desenvolviéndose una amplia catástrofe humanitaria. Más de 2 millones de personas que viven en Gaza se quedaron sin suministro de agua, alimentos, atención médica, combustible o suministro de energía como resultado del bloqueo por parte del gobierno de Israel. El único cruce fronterizo con Egipto, Rafah, ha sido blanco de un ataque con misiles y nunca se ha abierto para permitir la evacuación de los palestinos y entrada de envíos humanitarios a Gaza. Lamentablemente, según la opinión de los observadores en la región, es muy difícil calmar ánimos en corto tiempo. Sigue aumentando la tensión en la Ribera Occidental y son altos los riesgos de que el conflicto se propague hacia la frontera libanesa-israelí y se involucren nuevos actores. 

En esta situación alarmante tiene prioridad absoluta el cese del fuego y detención del derramamiento de sangre. Esto podría ayudar a evitar nuevas víctimas, terminar los sufrimientos de civiles, asegurar evacuación de la gente a través de los corredores humanitarios e impedir que la situación se convierta en una catástrofe humanitaria regional. 

La Federación de Rusia, históricamente está presente activamente en el Medio Oriente, tratando de garantizar la paz y seguridad en la región. Las vías de arreglo de la situación crítica actual se abarcaron durante la reunión del Ministro de Asuntos Exteriores ruso Serguéi Lavrov con el Secretario General de la Liga Árabe Ahmed Aboul Gheit que se celebró el pasado 9 de octubre, así como en las conversaciones telefónicas del Canciller ruso con sus homólogos de Egipto, Brasil, Irán, los Emiratos Árabes Unidos y el marco de las negociaciones entre Rusia y el Iraq que Moscú acogió el pasado 10 de octubre. El 16 de octubre el Presidente de Rusia Vladimir Putin mantuvo conversaciones telefónicas con el Presidente de la República Árabe Siria Bashar al-Assad, el Presidente de la República Islámica de Irán Ebrahim Raisi, el Presidente del Estado de Palestina Mahmoud Abbas, el Presidente de la República Árabe de Egipto Abdelfattah Sisi y el Primer Ministro del Estado de Israel Benjamín Netanyahu. Este tema se trató también en la reunión con el Presidente de China Xi Jinping y otros líderes extranjeros en el marco de su participación en el III Foro de la Franja y la Ruta en Beijing.

Vladimir Putin informó a sus colegas sobre los esfuerzos de Moscú para ayudar a la normalización de la situación para evitar una mayor escalada de violencia y prevenir una catástrofe humanitaria en la Franja de Gaza. Se confirmó la disposición de principio de la parte rusa a continuar realizando un trabajo decidido en aras de poner fin al enfrentamiento palestino-israelí y lograr una solución pacífica por medios políticos y diplomáticos. El mandatario ruso destacó la inaceptabilidad de cualquier forma de violencia contra la población civil y señaló que Rusia se solidariza profundamente con todas las víctimas, familiares y amigos de los fallecidos como resultado del enfrentamiento armado y está dispuesta a brindar asistencia humanitaria.

Es decir,durante todas las conversaciones, se confirmó el compromiso de Moscú de coordinar esfuerzos con todas las partes interesadas con enfoque constructivo para detener las hostilidades lo antes posible y estabilizar la situación. Éste fue precisamente el objetivo del proyecto de resolución presentado el 16 de octubre por Rusia al Consejo de Seguridad de la ONU para declarar una tregua humanitaria inmediata, equilibrada y no politizada. El documento establecía varias medidas urgentes para detener la violencia y el sufrimiento de los civiles, liberar a los rehenes, evitar un desastre humanitario que se cierne sobre el enclave y evitar que las hostilidades se extiendan a otros países de la región. El proyecto ruso de resolución no contenía ningún aspecto o evaluación política y evitó mencionar a las partes en el conflicto que podrían haber obstaculizado su aprobación. Casi 30 países copatrocinaron la iniciativa rusa, incluidos 17 estados árabes. Sin embargo, el proyecto de resolución no fue aprobado. Los países occidentales (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Japón) votaron en contra de este documento. Albania, Brasil, Ecuador, Ghana, Malta y Suiza se abstuvieron. Por lo tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU, el principal organismo para mantener la paz y la seguridad globales, no pudo hacer su aporte para detener el derramamiento de sangre, aliviar horribles consecuencias humanitarias y crear los requisitos previos para superar la actual crisis sin precedentes. Sin embargo, la parte rusa tiene la esperanza de que se continúen esfuerzos para lograr decisiones aceptables para todos en el Consejo de Seguridad.  

En este sentido es relevante el enfoque del Secretario General de las ONU Antonio Guterres quien en su discurso en el marco del III Foro de la Franja y la Ruta en Beijing afirmó que un alto del fuego proporcionaría tiempo y espacio suficientes para hacer realidad dos llamamientos esenciales que hizo a principios de la semana: a Hamás, para la liberación inmediata e incondicional de los rehenes retenidos en Gaza, y a Israel, para que permita de inmediato la entrada de ayuda en un enclave sumido en una devastadora crisis humanitaria.

Para concluir, quisiera destacar que Rusia seguirá sus intentos para que se detenga la escalada del conflicto y se establezca con apoyo de las fuerzas constructivas diálogo entre las partes en confrontación. Entre resultados finales de tales negociaciones deberían estar decisiones prácticas para el establecimiento del Estado Palestino independiente dentro de las fronteras de 1967 que coexista en paz y seguridad con Israel. Es evidente que no es camino fácil y rápido, pero los acontecimientos trágicos de hoy muestran que no hay alternativa a este enfoque para lograr paz duradera y segura en esta región. 

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